Una crítica de Lilian Rosales de Canals. No parece casual que Pablo Berger (Bilbao, 1963) ubique su relato en 1920, en la España de Valle-Inclán . En Blancanieves el esperpento cobra vida en la tragedia clásica de los hermanos Grimm y pareciese sobrevenir cierto aire expresionista. Fusión de historia y ficción donde lo hiperbólico y la visión trágico-grotesca se hacen presentes para señalar con humor negro la sociedad pacata del momento.