Escribe Marcelo Espiñeira. Por segunda legislatura consecutiva, el Parlament catalán realizó una sesión extraordinaria dedicada a la pobreza. Durante tres días, los diputados presentaron informes que indican que 1 de cada 5 personas vive de manera miserable en el territorio. Luego debatieron las medidas que serían necesarias para paliar esta desgracia social y finalmente se encomendaron a que el ministro Cristóbal Montoro les enviara el dinero para afrontar semejante problemática. La Generalitat se ha mostrado impotente ante este panorama desolador, primero recortando recursos en 2011 y ahora alegando falta de independencia en el manejo de los fondos necesarios para atender la urgencia de la demanda.