Escribe Xavier Queralt Pons. El empuje de las nuevas tecnologías comienza a sacudir algunos cimientos fundamentales sobre los que hemos establecido el funcionamiento de nuestras sociedades organizadas. Es esta una percepción inequívoca que en determinados ámbitos debería generar un debate todavía inexistente. Sin embargo, el cambio de paradigmas avanza a ritmo acelerado en un tiempo que podríamos calificar como de experimentación social permanente. Sucede así que un día nos despertamos y nos enteramos que los jueces de Wisconsin (EEUU) disponen de un software llamado Compas , cuyo algoritmo emite informes sugiriendo la condena que debería recibir un ciudadano acusado por algún delito determinado. La utilización del programa Compas salió a la luz a través de la protesta formal del abogado defensor de Eric L. Loomis , condenado a seis años de prisión por un juez que basó su sentencia en los informes recibidos de este sistema suministrado por la empresa privada Northpointe Inc.