Una crítica de Lilian Rosales de Canals. No es un film para reír, para soñar, para meterte en la camisa de un superhéroe o relajarse cómodo en la butaca del cine. La película basada en sucesos por todos conocidos, por muchos negados, vetados y convertidos en tabú: "los abusos sexuales durante la infancia junto a sus secuelas psicológicas y físicas" , es por el contrario, una controversial historia con un enorme y explícito compromiso social. Su guionista y director, el navarro Montxo Armedáriz (Olleta, 1949), manifiesta que la idea surge tras la reunión con algunos amigos (psicólogos y psiquiatras) quienes comentaron acerca del caso de una chica que había sido ingresaba con un trastorno disociativo, tras haber sido abusada sexualmente durante la infancia. El caso despertó su interés y comenzó a investigar sobre las secuelas físicas y psíquicas que deja esta experiencia, así como a contactar con algunas víctimas.