Fernando “Bela” Belasteguin (Pehuajó, 1979) hace 9 años que está considerado el mejor jugador de pádel del mundo. Encabeza el ranking del Pádel Pro Tour junto a su compañero Juan Martín Díaz, con quien lleva disputadas 142 finales, de las cuales ganaron 129. Entre setiembre de 2005 y mayo de 2007 ganaron 22 torneos consecutivos, manteniendo un invicto de un año y nueve meses. Parece fácil decirlo, lo complicado es hacerlo.
Una entrevista de Marcelo Espiñeira.
Bela me recibe en su piso de Barcelona, ubicado justo enfrente de las pistas donde entrena cada día. Un ritual que no abandona desde hace veinte años atrás, cuando sólo tenía doce años y vivía en un pequeño pueblo de la pampa argentina, llamado Pehuajó.
FERNANDO BELASTEGUIN: En pleno boom del pádel en Argentina, en el año ´90, yo jugaba al fútbol en mi pueblo. Un lugar que no tenía ni cine, ni nada. Era cuestión de hacer deporte todo el día o aburrirse mucho. Un día, montaron una pista de pádel frente a mi casa y comencé a jugar. Hasta los trece años alternaba entre el fútbol y el pádel, pero me invitaron a jugar un torneo oficial del circuito argentino en la ciudad de Santa Rosa y contra todo pronóstico lo ganamos con mi amigo de Pehuajó. Allí me vieron jugar los dueños de un centro de entrenamiento de Buenos Aires y me ofrecieron una plaza para entrenar con ellos. En el año ´93 comencé a viajar a Buenos Aires cada fin de semana. Tenía que hacer un viaje en bus que duraba unas 7 horas hasta llegar. Dejé el fútbol, pero mis viejos me obligaron a no abandonar mis estudios. Estuve varios años yendo y viniendo de mi pueblo a Buenos Aires, estudiando durante los viajes. Mis padres hicieron un esfuerzo increíble, porque mi familia es muy humilde, fue duro pero ha valido mucho la pena.
Has pasado por algun momento en que pensaras dejar el pádel?
Cuando terminé el instituto, con 17 años, ya estaba entre los primeros diez jugadores del circuito argentino y me tomé un año para comenzar los estudios de Economía en la universidad. Luego retomé y comencé a viajar para España más asiduamente. Así resultó que me ofrecieron quedarme aquí. Fue algo difícil de decidir, porque debía dejar a mi familia, a mis amigos y mis estudios. Hablé con mis padres y coincidimos en que valía la pena intentarlo. Vine con esta filosofía del esfuerzo, y por suerte funcionó. En 2001, terminé número uno del ranking y desde 2002 que comencé a jugar junto a Juan Martín (Díaz). Así es que el hobby que tenía de pequeño se ha terminado convirtiendo en mi profesión de los últimos diez o doce años.
Y hasta aquí has llegado casi sin darte cuenta...
Sí, aunque es cierto que se produce un cambio grande cuando el hobby se transforma en una profesión. Me encanta entrenar, disfruto mucho haciéndolo. Pero debo reconocer que la alegría que sentía cuando era pequeño e iba a un torneo a jugar, no tiene nada que ver con lo que me sucede actualmente. Ahora, cuando termino de jugar el Master (último torneo del año), me paso un mes y medio sin tocar una pala de pádel. (Se ríe)
Ahora es tu trabajo...
Claro, me sucede lo mismo que a las personas que dejan sus oficinas en agosto y se van de vacaciones. Yo lo hago cuando termino el Master.
Mientras tanto me cuido para tener una vida activa en el pádel lo más larga posible. Y cuando me retire, trabajaré como cualquier persona.
Existe la figura del coach en el padel?
Sí, desde hace cuatro o cinco años que tenemos coach.
Es muy útil para una pareja como la nuestra, que se mantiene unida desde hace diez años. Tener una persona que calme las aguas, que tenga puesta tu camiseta, es algo que viene muy bien. Es algo que se ha copiado de un deporte con mucha más antigüedad, como es el tenis.
Qué más han copiado del tenis?
A nivel entrenamiento, se copian muchas cosas. Nos llevan mucho tiempo de ventaja y también han cometido muchos errores. Podemos aprender de ellos, sin caer en las mismas trampas. Se aprende mucho del tenis.
Una entrevista de Marcelo Espiñeira.
Bela me recibe en su piso de Barcelona, ubicado justo enfrente de las pistas donde entrena cada día. Un ritual que no abandona desde hace veinte años atrás, cuando sólo tenía doce años y vivía en un pequeño pueblo de la pampa argentina, llamado Pehuajó.
FERNANDO BELASTEGUIN: En pleno boom del pádel en Argentina, en el año ´90, yo jugaba al fútbol en mi pueblo. Un lugar que no tenía ni cine, ni nada. Era cuestión de hacer deporte todo el día o aburrirse mucho. Un día, montaron una pista de pádel frente a mi casa y comencé a jugar. Hasta los trece años alternaba entre el fútbol y el pádel, pero me invitaron a jugar un torneo oficial del circuito argentino en la ciudad de Santa Rosa y contra todo pronóstico lo ganamos con mi amigo de Pehuajó. Allí me vieron jugar los dueños de un centro de entrenamiento de Buenos Aires y me ofrecieron una plaza para entrenar con ellos. En el año ´93 comencé a viajar a Buenos Aires cada fin de semana. Tenía que hacer un viaje en bus que duraba unas 7 horas hasta llegar. Dejé el fútbol, pero mis viejos me obligaron a no abandonar mis estudios. Estuve varios años yendo y viniendo de mi pueblo a Buenos Aires, estudiando durante los viajes. Mis padres hicieron un esfuerzo increíble, porque mi familia es muy humilde, fue duro pero ha valido mucho la pena.
Has pasado por algun momento en que pensaras dejar el pádel?
Cuando terminé el instituto, con 17 años, ya estaba entre los primeros diez jugadores del circuito argentino y me tomé un año para comenzar los estudios de Economía en la universidad. Luego retomé y comencé a viajar para España más asiduamente. Así resultó que me ofrecieron quedarme aquí. Fue algo difícil de decidir, porque debía dejar a mi familia, a mis amigos y mis estudios. Hablé con mis padres y coincidimos en que valía la pena intentarlo. Vine con esta filosofía del esfuerzo, y por suerte funcionó. En 2001, terminé número uno del ranking y desde 2002 que comencé a jugar junto a Juan Martín (Díaz). Así es que el hobby que tenía de pequeño se ha terminado convirtiendo en mi profesión de los últimos diez o doce años.
Y hasta aquí has llegado casi sin darte cuenta...
Sí, aunque es cierto que se produce un cambio grande cuando el hobby se transforma en una profesión. Me encanta entrenar, disfruto mucho haciéndolo. Pero debo reconocer que la alegría que sentía cuando era pequeño e iba a un torneo a jugar, no tiene nada que ver con lo que me sucede actualmente. Ahora, cuando termino de jugar el Master (último torneo del año), me paso un mes y medio sin tocar una pala de pádel. (Se ríe)
Ahora es tu trabajo...
Claro, me sucede lo mismo que a las personas que dejan sus oficinas en agosto y se van de vacaciones. Yo lo hago cuando termino el Master.
Mientras tanto me cuido para tener una vida activa en el pádel lo más larga posible. Y cuando me retire, trabajaré como cualquier persona.
Existe la figura del coach en el padel?
Sí, desde hace cuatro o cinco años que tenemos coach.
Es muy útil para una pareja como la nuestra, que se mantiene unida desde hace diez años. Tener una persona que calme las aguas, que tenga puesta tu camiseta, es algo que viene muy bien. Es algo que se ha copiado de un deporte con mucha más antigüedad, como es el tenis.
Qué más han copiado del tenis?
A nivel entrenamiento, se copian muchas cosas. Nos llevan mucho tiempo de ventaja y también han cometido muchos errores. Podemos aprender de ellos, sin caer en las mismas trampas. Se aprende mucho del tenis.
Este concepto colectivo que tiene el padel, cómo se inculca?
Cuando vas a aprender pádel, la primera etapa está centrada en el dominio de los golpes. Una vez conseguido esto, puedes aprender el concepto del deporte.
Este es un deporte raro, porque pese a ser un juego de grupo, tiene mucho de individual. Siempre dependes de quien tengas a tu lado. Resulta muy fácil echarle la culpa al compañero y creerte que eres mejor. Y esto hay que manejarlo con mucho cuidado.
Seguro habrá jugadores excelentes que no consiguen su pareja ideal.
Hay jugadores profesionales que por separado rinden muchísimo, pero que si se juntan no rinden igual. Ya sea por incompatibilidad de juego o de caracteres. Esto es mucho más complejo de lo que pueda verse de afuera.
Tu sueles jugar de revés y eres especialista en defensa, verdad?
Me caracterizo por ser un jugador muy defensivo, pero año tras año le voy agregando ofensiva a mi juego. Tengo una manera de jugar que no destaca mucho, no tengo un golpe que llame demasiado la atención. No soy el que tenga el mejor smash, o el que mejor salga de pared. Lo que si es cierto es que me acoplo muy bien al juego de mi compañero. Y eso en el pádel viene muy bien para potenciar el juego de la pareja.
..."Qué presión puedo sentir yo,
si me comparo con alguien que
se levanta todas las mañanas
temprano para vender periódicos
y darle de comer a sus hijos"...
Igual es increible cuando sales de la pista para responder desde fuera.
Bueno...es una jugada que me sale por estar muy pendiente de donde puede ir la bola. Justamente, aquí se marca muy bien la evolución de este deporte. Años atrás sacabas la bola de la pista y si el rival llegaba, te la devolvía por encima de la malla alambrada. Lo cual no dejaba de ser un golpe defensivo. Ahora, no solo que te llegan más seguido, sino que te devuelven por la puerta para hacerte el punto. El que era un golpe ganador tuyo, se convierte en un golpe ganador para tu adversario.
Igual es una jugada que tiene mucho de intuición, jamás entreno eso. Sí que entreno para estar veloz y llegar rápido a cualquier pelota.
Este es un juego donde el contrataque tiene gran importancia, no?
A nivel profesional es mucho mejor tomar la iniciativa. Pero a nivel amateur, el jugador tiende a apurarse más de lo debido y ejecutar malos ataques que lo deja expuesto a contrataques fáciles de su rival. La deja muy alta, ofrece más bote del que debía. Y el que sabe utilizar el contragolpe en el pádel, tiene mucha ventaja.
Qué otros errores típicos notas en los jugadores amateur?
Como siempre y en todo deporte. Si yo juego al fútbol, quiero pegarle al balón como le pega Messi, o quiero saltar como lo hace Puyol, y es imposible. Aunque mentalmente visualices que le pegarás al balón con cierta trayectoria y la clavarás al ángulo de la portería, luego la pelota termina en la tercera grada...
En el pádel sucede lo mismo, la gente suele intentar un poco más de lo que puede. Tampoco me parece mal. Suelo decir que el pádel es una suma de golpes que harán que consigas el punto. No puede reducirse a un sólo golpe. Es muy difícil meter golpes ganadores como en el tenis. Esto tiene mucho de ajedrez. Primero te la tiro aquí, luego allí y luego aquí para crear espacio y hacerte el punto. Te provoca estar pensando todo el tiempo.
Es un deporte donde un jugador con menos técnica puede ganarle a otro mejor dotado en este sentido. Porque tiene la capacidad suficiente de ver dónde puede hacerle más daño. No dónde le gusta jugar a él, sino dónde más le conviene hacerlo para ganarle al rival.
Mantener el equilibrio mental es fundamental entonces.
Tal cual, en el circuito profesional sueles enfrentarte muchas veces contra las mismas parejas. Y el equilibrio psicológico que puedas tener es fundamental.
¿Cómo hago yo para tener siempre ganas de jugar contra este tío? La psicología en el pádel está a la par del entreno físico y técnico. Son las tres patas sobre las que se sostiene nuestro juego.
Contamos con un coach, un psicólogo deportivo, un preparador físico y un médico. Ellos forman un equipo detrás nuestro que no permiten que aflojemos nunca en la competencia. También con Juan tenemos una forma de ser especial, nos gusta mejorar a diario. Pero son ellos los que nos recuerdan que tenemos el privilegio de ser profesionales, lo cual dura muy poco tiempo y que tenemos que disfrutarlo al máximo.
Y con Juan (Martín Díaz) ya llevas diez años juntos.
Desde siempre hemos mantenido el número uno, así que es una alegría enorme. Ahora mismo no nos damos cuenta mucho de nada. Supongo que cuando ya no ganemos o cuando no estemos jugando juntos, comenzaremos a valorar todo lo que hemos conseguido. Porque ahora mismo, ni me preocupa lo que hemos logrado juntos. Lo que me interesa es mejorar para afrontar el torneo de Tarragona dentro de veinte días al mejor nivel posible.
Es habitual esto de estar tanto tiempo juntos como pareja deportiva?
En la historia del pádel nunca hubo una pareja que dure tantos años. Es la única que ha estado tantos años unida y tantos años en el número uno.
Por supuesto que hay roces, pero gracias al trabajo del equipo técnico y a la personalidad que tenemos, todo se lima y se arregla. Como ya te dije antes, en el pádel siempre parece que gano yo y que pierde mi compañero.
Los dos nos sabemos muy profesionales, no hace falta que estemos todo el día juntos para saber si el otro entrena. Eso nos da una tranquilidad muy grande. Pero así y todo, claro que hay roces.
Si en las parejas sentimentales sucede que tienes días que no quieres verte mucho, imagínate con un compañero de pádel, que no deja de ser un compañero de trabajo con el que te pasas desde marzo hasta diciembre viéndote cada día, compitiendo con muchas pulsaciones dentro de la pista que provoca que te digas cantidad de cosas, con el que luego compartes la cena y la habitación. Quieras o no, esto provoca un proceso de desgaste que si no lo llevas bien termina con la unión que pudiera haber. Por eso las parejas de pádel suelen durar dos años. Nosotros somos un caso atípico.
La caballerosidad es básica. Qué es lo que no harías dentro de una pista?
Uff... hemos hecho tantas cosas...(se ríe).
Eres de festejar mucho los puntos?
Sí, aunque con los años he mejorado bastante, ahora estoy más grande y un poco más tranquilo en ese aspecto. Hace seis o siete años atrás festejaba cada punto como si fuera el último. Luego cuando me veía en algún video no me gustaba tanto. Admito que dentro de la pista de pádel tengo una personalidad complicada porque quiero ganar a muerte, grito y lucho. Me vuelvo loco. Si tengo que discutir por una pelota que he visto buena, lo hago. Dentro de la pista soy un jugador temperamental. Pero fuera de la pista, soy todo lo contrario. Soy un tipo tranquilo y humilde.
Te peleas con los jueces también?
Si entre los jugadores no nos ponemos de acuerdo sobre una bola, para eso están los jueces, para decidir el punto. A mí me gustaría que tuviesen mucha más autoridad. Muchas veces con la calentura del partido, uno también se las agarra con ellos, pero nunca pasa a mayores.
Cada día se va profesionalizando más este deporte, y estoy convencido que los jueces terminarán siendo más importantes.
Pondrán el ojo de aguila del tenis?
No creo. Hasta que la televisión no entre más fuerte en el pádel, hay ciertas tecnologías que no hay manera de instalar. Porque no se podría retornar la inversión.
En el pádel hay un fairplay muy grande, las distancias son muy cortas, la velocidad de la pelota es rápida, pero no tanto como para no verla con el ojo humano.
Te gusta ver las transmisiones de los partidos por la tv?
Las transmisiones han mejorado mucho, pero queda bastante por hacer aún. Es como todo, por falta de presupuesto. Hoy se está filmando con tres cámaras. Mediapro nos hizo una prueba utilizando nueve cámaras hace dos años en el Reial Club Polo de Barcelona, y el producto conseguido era fantástico. Ver el pádel con nueve cámaras es espectacular. Pero es un costo que no se puede asumir todavía. No se si es porque la tele no apuesta por el pádel o al revés. Pero poco a poco vamos apareciendo más en los medios, lo que no quita que seamos personas desconocidas en la calle.
No veo tan malo lo del anonimato.
Me gustaría ganar cinco veces más y conservar el anonimato que tengo ahora. Con este anonimato igual puedo conseguir patrocinadores, pero como decía antes, cuando no juegue más voy a trabajar como cualquiera. (risas).
Dentro de la pista les importa jugar bonito o solo ganar los puntos?
En el profesionalismo cada movimiento que haces está pensado en la funcionalidad del golpe o el objetivo de esa pelota. No me caracterizo por jugar bonito, no suelo ser muy vistoso. Yo prefiero más al jugador efectivo que al vistoso. Han habido jugadores con un talento inmenso en la historia del pádel, pero que no han ganado nada. Prefiero al que gana, porque como en todos los deportes, sólo se recuerda a los que ganan. Como en la vida misma, si puedes tomar por este camino, por qué vas a ir haciendo piruetas por allí, si por aquí ya llego bien.
Es muy exigente el circuito del Pro Tour?
Esta temporada se atrasó el calendario y se ha comprimido la competencia a seis meses. Serán veinte torneos en medio año. A mi me gustaría tener los mismos torneos pero en nueve meses. Porque te da tiempo a recuperarte de alguna lesión. La exigencia a nivel físico y mental es muy grande. Igual estamos preparados y acostumbrados.
Qué sucede con el mundial?
Es una competencia que ha perdido mucho fuelle. A nivel parejas hace mucho tiempo que no consigue reunir a todos los mejores. En la competencia por equipos se reduce a un Argentina-España. Sería bueno que esta competición retomara el prestigio que tuvo hace un tiempo atrás.
Qué papel juegan los patrocinadores para los jugadores de nivel?
Un papel importantísimo. Soy un agradecido de mis patrocinadores. Si no fuera por ellos sería imposible que me dedicara profesionalmente a este deporte. La entrada principal de un jugador no está representada por los premios, sino por el patrocinador. Esto sucede porque todavía este es un deporte pequeño, practicado por más de dos millones de jugadores en España, pero con escasa difusión en los medios. Por suerte existen muchas empresas que apuestan por nosotros por la fidelización del cliente. En un futuro quizás también lo hagan por un retorno publicitario. Es cuestión de tiempo.
Se puede conciliar con la vida familiar tanto viaje y entrenamiento?
Sí, en mi caso cuando conocí a mi mujer, le dejé muy claro cómo me ganaba la vida, que tenía que viajar y esas cosas. Por eso ahora cuando me preguntan por mi hobby, les digo: pasar tiempo con mi familia. Pasar una tarde en mi casa con ellos no tiene precio. Podría estar dando clases en un club, porque me pagarían muchísimo, pero esto no estaría de acuerdo con mi filosofía de vida.
Genera una presión insoportable esto de ser el número uno?
La presión en el mundo del deporte es muy relativa. Cuando oigo a deportistas que ganan millones de euros al año diciendo que tienen mucha presión, no les creo.
Vengo de un pueblo, de un entorno humilde, y creo que el que realmente tiene presión es quien tiene que ir a vender periódicos levantándose cada día a las 5 de la madrugada para darle de comer a sus hijos. Ese sí que tiene presión. Que tiene que ir igual si llueve, si se congela del frío, que va al trabajo en bicicleta... ¿Qué presión puedo tener yo? Pierdo este fin de semana en Tarragona, tengo la revancha en Madrid a los diez días, Barcelona el mes que viene. Yo me lo tomo muy tranquilamente todo esto. Por suerte me han educado así.
Qué sensaciones te despierta el primer torneo de Tarragona?
He sido testigo de la ilusión que rodea a la organización de este torneo. Han estado más de un año siguiendo el circuito de cerca para que todo salga espectacular. Y no dudo que todo les saldrá excelente. Creo que los jugadores hemos captado el cariño que hay en esta empresa e iremos todos con muchas ganas a jugarlo.
Además te servirá de revancha por la final perdida en Mendoza?
Estamos acostumbrados a ganar y a perder. En Mendoza nos ganaron super bien. Además con Juan sabemos que todo resultado que no sea ganar el torneo es malo. Pero también sabemos que llegará un día en que no podamos ganar más. O que ganemos menos, y bajemos al número tres del ranking. Es ley de vida.
Siempre digo que cuando no juegue más al pádel, tendré la tranquilidad que igual que cuando tomas un paño con agua y lo aprietas y lo aprietas hasta que no sale ni una gota más, con el pádel habré hecho exactamente eso. Me exprimo al máximo sabiendo que si me va bien lo disfruto muchísimo, y si no me va tan bien, me quedaré tranquilo porque habré hecho absolutamente todo, todo para que me fuera bien.
El deportista que dice: “si hubiera hecho esto o lo otro”...es el perdedor. Si no lo has hecho, cállate y tira pa´lante. Quizás no suene muy bien, pero es lo que pienso.
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