Escribe Marcelo Espiñeira. La bohemia escena musical londinense habitualmente tiene novedades que ofrecernos. Usina incansable del pop que inundara el mundo en sucesivas olas a partir de los recordados años ´60, los músicos británicos se han acostumbrado a replicar, reprocesar o simplemente reelaborar todo lo que les suene bien de ultramar. Con el jazz , banda sonora del siglo pasado y gran emblema de la cultura norteamericana, tampoco se han resistido, aunque su producción propia haya sido bastante ignorada dentro y fuera de las islas. Londres tuvo una interesante movida de jazz, a finales de los ´60 y principios de los ´70, en la que florecieron excelentes músicos como Graham Collier, Mike Westbrook, Neil Ardley, Michael Garrick, o John Surman . La fusión y la libertad fueron su distintivo principal. Llegaron a grabar muy buenos discos, tocaron en diversos escenarios europeos, aunque jamás adquirieron el status estelar de sus colegas rockers . En buena parte, porque los