Escribe Marcelo Espiñeira.
La bohemia escena musical londinense habitualmente tiene novedades que ofrecernos. Usina incansable del pop que inundara el mundo en sucesivas olas a partir de los recordados años ´60, los músicos británicos se han acostumbrado a replicar, reprocesar o simplemente reelaborar todo lo que les suene bien de ultramar. Con el jazz, banda sonora del siglo pasado y gran emblema de la cultura norteamericana, tampoco se han resistido, aunque su producción propia haya sido bastante ignorada dentro y fuera de las islas.
Londres tuvo una interesante movida de jazz, a finales de los ´60 y principios de los ´70, en la que florecieron excelentes músicos como Graham Collier, Mike Westbrook, Neil Ardley, Michael Garrick, o John Surman.
La fusión y la libertad fueron su distintivo principal. Llegaron a grabar muy buenos discos, tocaron en diversos escenarios europeos, aunque jamás adquirieron el status estelar de sus colegas rockers. En buena parte, porque los músicos solían ser caribeños inmigrados, bastante resistidos por la tradicional y rígida sociedad inglesa. Así, con el jazz inglés siempre a la sombra del gran amplificador del pop, nos ha sorprendido en estos últimos tiempos la pujante aparición de una camada de jóvenes músicos residentes en la City.
Los tiempos parecen estar cambiado y todo indica que existirá una segunda gran oportunidad para el desarrollo del género en la capital británica. La reciente edición del álbum We out here, un esfuerzo conjunto que contiene nueve temas originales de artistas de jazz londinense, abre las puertas a creer en ello. El imponente saxo de Nubya García refulgura en Once, su gran aporte al disco. Artista nacida en la ciudad, de padres originarios de Guyana, es músico aficionada desde los once años, con una madurez creativa que causa verdadera impresión. En el álbum debut, Nubya´s 5ive (mayo, 2017), el saxo tenor de García trepa a lo más alto, encontrando notas del gran John Coltrane. En su música cabe la indudable influencia del astro de Richmond, pero también ese irresistible sabor etíope, captado en hipnóticas jams como la estupenda Hold, una maravilla sin más.
El bateria Moses Boyd toma parte del proyecto, como el pianista Joe Armon-Jones, ambos presentes en We out here también. Porque en este espíritu colectivo reside buena parte del interés que despierta esta movida congregada alrededor de bolos en pequeñas salas que albergan un público entusiasta. La generosidad es evidente y es habitual verlos tocar en varios proyectos al mismo tiempo.
En cuanto a las ediciones discográficas más destacadas de este incipiente movimiento, nos quedaremos con Antiphon del pianista Alfa Mist. Un músico influenciado por Miles Davis y los sonidos del hip hop. También con Aspirations del buen tubista Theon Cross, e Idiom del joven pianista Joe Armon Jones. En este puñado de discos o EPs se encuentra el germen de un sonido inquieto que contagia a artistas británicos de R&B como Jordan Rakei o a grupos de rock como King Krule, cuya música trasluce una notoria influencia jazz. En la City se agita el jazz nuevamente. Pero, como bien dice Nubya García, esta vez apuntan alto, directo a las grandes audiencias.
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