A sus pies rendido un león. Aquello que tanto cuesta, sabe mejor.
El Barcelona FC hizo el gasto del encuentro desde el primer minuto de esta tremenda final contra Estudiantes de La Plata. Uno de esos partidos que no quedará en la historia por su dinámica de juego, o por la acumulación de jugadas brillantes, pero si por las dificultades que encontró para imponer su jerarquía este conjunto inolvidable que es el Barça de Pep Guardiola. Este que ha logrado ganar todos los títulos que disputó durante esta temporada, el mismo que sigue triunfante en la temporada presente, y el único que no renuncia jamás a un estilo de juego exquisito y tan generoso para los aficionados de este deporte.
Este Barcelona que arrastra el apoyo de una ciudad tras su estela victoriosa, ha vuelto ha contar con la magia de este pequeño y enorme jugador que es Lionel Messi. Este rosarino de apenas 22 años ya se ha convertido en una auténtica leyenda viviente. Su genio futbolístico no para de crecer. A su increible habilidad, su regate endiablado, hay que agregarle un temple fuera de lo común. El mismo que es capaz de aguantar las entradas más violentas, los marcajes más complicados, las situaciones más adversas en cualquier partido, también lo es de salir airoso con alguna ocurrencia como la que tuvo hoy cuando arrastró la marca de Sebastián Verón, y apareciendo en el corazón del area chica para empujar con su pecho al gol un balón cruzado de Dani Alves. Messi no tiene parangón hoy día. Es el jugador. No cabe discusión alguna. Por eso esta semana recibirá su enésimo premio de la temporada, de manos de la FIFA. Nunca tan merecido.
Pero, ya sabemos, este Barça no es solo Messi. Este formidable campeón es épico como imagen de equipo. Su grandísimo aporte será siempre recordado por lo formidable de su funcionamiento como un engranaje aceitado, brillante e inexpugnable. Por su poder creativo, por su paciente espera de la oportunidad. La mejor defensa es un buen ataque. Con esta premisa, Guardiola ha logrado mentalizar a este grupo para poder conseguir lo impensado. Ganar seis títulos en la misma temporada. Hito que ya parece imposible de igualar.
Esta noche en Abu Dhabi, el Barça grabó su nombre a fuego en la historia del futbol. Será por eso, que al fin, Guardiola soltó sus lágrimas, como entendiendo en parte que lo conseguido tiene dimensiones más que gloriosas.
El Barcelona FC hizo el gasto del encuentro desde el primer minuto de esta tremenda final contra Estudiantes de La Plata. Uno de esos partidos que no quedará en la historia por su dinámica de juego, o por la acumulación de jugadas brillantes, pero si por las dificultades que encontró para imponer su jerarquía este conjunto inolvidable que es el Barça de Pep Guardiola. Este que ha logrado ganar todos los títulos que disputó durante esta temporada, el mismo que sigue triunfante en la temporada presente, y el único que no renuncia jamás a un estilo de juego exquisito y tan generoso para los aficionados de este deporte.
Este Barcelona que arrastra el apoyo de una ciudad tras su estela victoriosa, ha vuelto ha contar con la magia de este pequeño y enorme jugador que es Lionel Messi. Este rosarino de apenas 22 años ya se ha convertido en una auténtica leyenda viviente. Su genio futbolístico no para de crecer. A su increible habilidad, su regate endiablado, hay que agregarle un temple fuera de lo común. El mismo que es capaz de aguantar las entradas más violentas, los marcajes más complicados, las situaciones más adversas en cualquier partido, también lo es de salir airoso con alguna ocurrencia como la que tuvo hoy cuando arrastró la marca de Sebastián Verón, y apareciendo en el corazón del area chica para empujar con su pecho al gol un balón cruzado de Dani Alves. Messi no tiene parangón hoy día. Es el jugador. No cabe discusión alguna. Por eso esta semana recibirá su enésimo premio de la temporada, de manos de la FIFA. Nunca tan merecido.
Pero, ya sabemos, este Barça no es solo Messi. Este formidable campeón es épico como imagen de equipo. Su grandísimo aporte será siempre recordado por lo formidable de su funcionamiento como un engranaje aceitado, brillante e inexpugnable. Por su poder creativo, por su paciente espera de la oportunidad. La mejor defensa es un buen ataque. Con esta premisa, Guardiola ha logrado mentalizar a este grupo para poder conseguir lo impensado. Ganar seis títulos en la misma temporada. Hito que ya parece imposible de igualar.
Esta noche en Abu Dhabi, el Barça grabó su nombre a fuego en la historia del futbol. Será por eso, que al fin, Guardiola soltó sus lágrimas, como entendiendo en parte que lo conseguido tiene dimensiones más que gloriosas.
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