Escribe Marcelo Espiñeira. Como el hombre suele tropezar con la misma piedra más de una vez en la vida, siempre es conveniente que no perdamos el control sobre el comportamiento del sector de la construcción en este país. El denominado ladrillazo que con su estallido de 2009 arrastrara a millones de personas al paro o la marginalidad, también dejó un parque con 3 millones de viviendas vacías, deudas incobrables o impagables y una reducción superior al 65% en la actividad inmobiliaria.