Una entrevista de Marcelo Espiñeira. Agotada por el jetlag, Ximena me recibe con su aire quinceañero. Comenzará la entrevista con notoria timidez, pero sabiendo muy bien lo que dice. Poco a poco toma confianza y su rostro se ilumina contando sobre lo que más le gusta, jugar con las palabras, componer canciones, y por supuesto cantarlas estupendamente. El año pasado, la edición de su disco debut que llevaba el ponzoñoso título de “Mediocre”, sacudió el mercado mexicano. Apoyado en el fervor que despierta en un público evidentemente juvenil, su disco trepó hasta convertirse en el más vendido en su país. Más de cien mil copias vendidas, sólo en tierras aztecas, la catapultaron al mercado internacional. En España es una artista casi virgen, tanto como en el resto de los países latinoamericanos. Aunque su estilo está por definirse aún, ha tenido experiencias previas cantando standards de jazz en bares del DF y algún otro grupo de pop rock sin mucha trascendencia. Asidua del myspace, sus