Una entrevista de Marcelo Espiñeira.
Rafa enseguida saca conversación. Y comienza a contarme que le gustaría viajar a Buenos Aires como cantautor. Continuando el tenaz camino que lleva recorriendo desde su Barcelona natal hacia el resto de ciudades españolas. A ritmo paciente, sus pequeñas conquistas lo han ido convenciendo de que el negocio de la música profesional era lo suyo.Y que ese bonito hobbie que era tocar para sus amigos, podría transformarse en una carrera artística.
Rafa Pons: Es posible que en octubre estemos tocando en Argentina. Un poco siguiendo con el boca a oreja que tan buenos resultados me da en España. Nos llegan muchos emails de Argentina y estamos viendo la posibilidad de ir a tocar allí.
No, es psiquiatra. Pero, en mi casa siempre hemos cantado y me hacía mucha ilusión poder grabar algo con él. "El gallito" es una ranchera y es un género que mi padre domina. El tango, el bolero y la ranchera, es siempre lo que ha cantado. Y en este caso además era cachondo, porque la letra tiene una especie de reflexión sobre la posibilidad de volverte un gilipollas con esto de la música. Que no hace falta llenar estadios, con solo diez personas que canten tus canciones, ya te puede pasar. Y la voz de mi padre es como una voz de la conciencia dentro de la canción.
Entonces, eres el primer músico profesional en tu familia?
Sí, que yo tenga conciencia, sí. Mi padre porque no se ha dedicado, pero canta chulísimo, con un gusto, es un artista total. Yo le tenía mucho miedo a lo de dedicarme a la música. De hecho, soy abogado. Pensé que tocaría con mis amigos y que nunca pasaría de eso. Prefería estar en un bar bebiendo con mis amigos, que irme a los bares de músicos para conocer gente y que me dieran una oportunidad para tocar. Eso me daba mucha pereza. Y al final la vida es paradójica porque me presenté a un concurso, empecé a funcionar y ahora estoy viviendo de la música desde la pelea. A mí, que no me apetecía nada currármela, o perder la magia de lo que ya me daba a mi la música. Y al final, mira...
Sorteando las dificultades de aquel que viene de otro ambiente, no?
A mi me ha ayudado bastante el haberme dedicado mucho tiempo de mi existencia a lo fundamental, que son los amores, los amigos, a peleas que son independientes de la música. No tenía ninguna vocación de mártir. Eso de "soy feliz, solo si hago esto" no era para mí. Yo tengo claro que puedo ser feliz haciendo cantidad de cosas, y aún así mi música la tendré igual. Pero sucedió que me di cuenta que podía funcionar y las reacciones de la gente siempre han sido buenas. Y no soy un experto en esto de venderme, ahora con internet todo es más fácil, pero siempre hay alguien que lo hace mucho mejor que tú. He perdido como siete bases de correos. Soy un verdadero desastre. Dependo de que mis fans se reenvíen los correos que les mando.
Les pones "Reenvíenlos por favor, porque yo no sé".
(Risas) Sí, hay gente que me lo ha dicho. El otro día un amigo miraba mi base de datos y me decía: "pero como tienes solo estas direcciones, si llevas tocando más de tres años".
Es posible que tu público capte esta espontaneidad de tu parte y le resulte más atractivo todo.
Yo creo que más que público, tenemos accionistas. La gente hace muchísimo por nosotros, han subido más de cuatrocientos videos a youtube de conciertos nuestros. Tengo una canción inédita que se llama "Mala puta" y que suelo hacer en directos, y para la cual un amiguete se inventó una pequeña coreografía. Y me ha pasado de ir a tocar a ciudades nuevas, y que alguien se sepa la coreografía porque la ha visto en un video de youtube.
Internet hace que todo circule de una manera muy rápida e incontenible, no?
Sí, en algún punto es ingobernable. Las cosas pasan porque a la gente le sale de los cojones, y esto es muy guay. Nosotros ahora hemos filmado un clip con Carlos del famoso video de youtube "Contigo no, bicho". Y yo he estado con él por la calle y la gente lo reconoce y le pide hacerse fotos. Para el que no lo sepa, me refiero a un video que es una escena de su vida real que colgó con sus amigos en la web y que tuvo más de tres millones de visitas. Enseguida los llamaron de Antena 3 y de varios lugares para hacer más cosas, y ellos que están bastante en sus cabales se negaron y siguieron haciendo sus vidas normales. Y cuando yo contacté con ellos, primero dijeron que no, pero tengo un amigo que es publicista y que les mandó un email muy gracioso que nunca me han dejado ver y terminaron aceptando. Ahora somos muy amigos, es una gente majísima. Y vinieron a Barcelona porque quisieron y rodamos un clip muy majo de la canción "No hay sexo seguro".
Qué diferencias notas entre tu primer disco e "Insisto"?
Básicamente el primer disco fue un "grandes éxitos de bares" porque reunía a todas las canciones que a mí me animaron a dedicarme a la música y que llevaban conmigo mucho tiempo. La decisión del repertorio fue muy fácil. Caí en todos los tópicos posibles, quise demostrarlo todo en un solo disco. Había una rumba, un tema más de los sesenta, un flamenco, salió algo muy heterodoxo. Y con "Insisto" me tomé más tiempo para escoger el repertorio, tuve que definir una línea. Tenía más de treinta canciones y nos quedamos casi con la mitad. Tampoco hemos tocado estas canciones en directo hasta que no saliese el disco. Me las he ido guardando justamente para que el disco tuviese sorpresas. Y hemos apostado porque sea un disco más homogéneo, más pop-rock, con muy pocos elementos. Hemos descubierto lo difícil que es hacer un disco sencillo. Intentamos que el sonido fuera más fiel al directo. Y en cuanto a las letras, sigo un poco en lo mismo. Quizás las historias sean más centradas, más de pareja y menos mordisco.
Igual el mordisco sigue muy presente. Más en tercera persona, quizás.
Sí, sí, es una marca de estilo. Yo creo que está muy compensado. Incluso las canciones que parecen más serias, más tranquilas, tienen un poco de mala leche y un giro de humor.
Escribes las letras sobre alguna melodía?
Sí, normalmente si. En este último disco, incluso son melodías que me salieron sin la guitarra. Son ideas que van saliendo y que luego empiezo a trabajar. Aunque tengo muy mala disciplina, es rara la vez que me siento a acabar una letra. Siempre se impone mi parte de hobbie en este aspecto. Generalmente, las canciones las voy construyendo como en un puzzle. No me obligo a parar tres horas en una tarde para acabar las canciones.
Sales a caminar y te inspiras?
Normalmente, sí. Soy como eran los peripatéticos, aquella vieja escuela griega de filosofía, soy mogollón de esto. Incluso me sucede que me llaman por teléfono y soy incapaz de mantener una conversación sentado. He desarrollado una especie de Pavlov extraño, en el cual me tengo que mover y andar y estar todo el rato con un movimiento extraño.
Y en Madrid te va muy bien, verdad? Aún siendo catalán.
Soy hijo de madrileño y soy bastante fan de Madrid. Y allí nadie te pregunta de donde eres. Les da igual. Un sitio de acogida, desde siempre. Como aquella leyenda de que en "Madrid nadie es de Madrid". Pero, en general, yo nunca he tenido algún problema por ser catalán en ningún sitio de España. Y nunca he tenido ningún problema en Catalunya por cantar en castellano.
Digamos que es una historia que acaba con el futbol y la política.
Creo que a nivel institucional, es un hecho que puedan haber dificultades o algunos problemas. Aquí hay una ley que incentiva a cantar en catalán, por lo cual los que no lo hacemos no es que no tengamos más opción, pero si que lo tienes más complicado. Es así, no es ni bueno, ni malo. No es políticamente correcto mencionarlo (se ríe).
El tema está presente.
Sí, pero si lo que haces está bien, la gente conecta y si no, pasarán de tí.
Igual, sintonizas más con el gusto madrileño actual.
Es posible, puede ser en ese punto urbano que tiene mi música. Igual no estoy inventando nada en la música, más allá de mi visión o de mi prisma narrativo. Pero, me han sucedido cosas como el llamado de un amigo músico madrileño que había venido por primera vez a Barcelona, y que caminando por Plaza Catalunya se topó con el Café Zurich que yo nombro en mi canción "Julia Roberts". Y que él solo conocía de nombre por mi tema. Te digo esto, porque en mis canciones mi imaginario es Barcelona. Y sale muchísimo Barcelona en mis letras.
Me refería más al sonido, y no tanto a las letras.
Sí, si que puede ser. En algún punto, en Barcelona me ha costado mucho. No a nivel de público, pero si a nivel espacio mediático. Uno lo asume y ya está. Aquí, la vanguardia o los modernos que llevan mucho tiempo haciendo esta ciudad con esta vocación, tienen un foco clarísimo. Luego, por otro lado, está el "sonido Barcelona" con el nuevo flamenco que es interesantísimo y probablemente mucho más importante para la música que lo yo propongo. No quiero entrar en un tango, pero es así. Y por último el tema de la protección del idioma catalán. Y yo haciendo un tipo de música que hasta hace diez años tenía el apoyo del mainstream. Qué pasó? Que esta música pasó del mainstream a un espacio que no ocupa nada. Antes Radio Futura era el mainstream, no me imagino ahora a alguien haciendo canciones como Radio Futura, no podrían entrar en ningún espacio. Yo trato de hacer canciones que me gusten y tengo vocación de hacer música popular. Quiero gustar, no a cualquier precio, pero me gusta recoger mis referentes cotidianos. Esto es lícito. Pero nos hemos quedado en un territorio inhóspito, tratando de encontrar un lugar. Podríamos llorar, pero no. Porque esto lo vemos tu y yo, hablando de música. Pero la gente no se hace tantas preguntas, las cosas les gusta o no. Y creo que está muy bien. Me ha costado mogollón de años recibir una crítica en un periódico y teniendo resultados de público muy buenos y en mi tierra. A llorar o a tirar p´alante. Y cuando eres fiel a lo que te gusta, la gente lo capta y lo agradece.
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