Escribe Marcelo Espiñeira.
Secundando las amplísimas manifestaciones registradas en las calles de Madrid y Barcelona durante la tarde del 19 de julio, en ciudades más pequeñas como Tarragona también se sintió con fuerza el rechazo ciudadano hacia las políticas impuestas por Bruselas y ejecutadas por el gobierno de Mariano Rajoy.
La fuerte subida del IVA en varios sectores de una economía ya de por sí afectada por la fuerte crisis de larga duración que nos acosa, sumada a los recortes previstos en el numeroso colectivo de funcionarios de la Administración pública, han despertado una masiva respuesta en las urbes del país.
Entonando consignas alejadas de cualquier partidismo político, aunque remarcando un fuerte rechazo al partido que gobierna con mayoría absoluta desde diciembre pasado, una asistencia signada por la heterogeneidad se mostró fervorosa y decidida en sus proclamas contra la banca, la tiranía financiera y los ajustes salvajes de la economía.
Símbolos de los sindicatos tradicionales se entremezclaron con senyeras y banderas republicanas, pero tampoco faltaron enseñas asturianas ni emblemas de los más diversos sectores de la sociedad civil y hasta algunos espontáneos que echaron mano al humor para protestar.
La manifestación en Tarragona congregó aproximadamente a 3500 personas y se trasladó desde la Plaza Imperial Tarraco hasta la Plaza de la Font, pasando por las calles céntricas de la ciudad y conviviendo en armonía con numerosos turistas que poblaban las terrazas de los bares. Ya frente al edificio del Ayuntamiento de la ciudad, una decena de oradores tomaron el micrófono en turnos de pocos minutos cada uno. Coincidiendo en la necesidad de un plan de lucha sostenido contra las medidas del gobierno, la amenaza de una convocatoria a una huelga general flotó en el ambiente. Estudiantes, sindicalistas, pequeños empresarios, funcionarios públicos y parados se manifestaron en un clima de tensión latente y rabia creciente contra un plan que sólo ofrece mayores desgracias para los más desafortunados.
Secundando las amplísimas manifestaciones registradas en las calles de Madrid y Barcelona durante la tarde del 19 de julio, en ciudades más pequeñas como Tarragona también se sintió con fuerza el rechazo ciudadano hacia las políticas impuestas por Bruselas y ejecutadas por el gobierno de Mariano Rajoy.
La fuerte subida del IVA en varios sectores de una economía ya de por sí afectada por la fuerte crisis de larga duración que nos acosa, sumada a los recortes previstos en el numeroso colectivo de funcionarios de la Administración pública, han despertado una masiva respuesta en las urbes del país.
Entonando consignas alejadas de cualquier partidismo político, aunque remarcando un fuerte rechazo al partido que gobierna con mayoría absoluta desde diciembre pasado, una asistencia signada por la heterogeneidad se mostró fervorosa y decidida en sus proclamas contra la banca, la tiranía financiera y los ajustes salvajes de la economía.
La cabeza de la manifestación en Tarragona. |
La manifestación en Tarragona congregó aproximadamente a 3500 personas y se trasladó desde la Plaza Imperial Tarraco hasta la Plaza de la Font, pasando por las calles céntricas de la ciudad y conviviendo en armonía con numerosos turistas que poblaban las terrazas de los bares. Ya frente al edificio del Ayuntamiento de la ciudad, una decena de oradores tomaron el micrófono en turnos de pocos minutos cada uno. Coincidiendo en la necesidad de un plan de lucha sostenido contra las medidas del gobierno, la amenaza de una convocatoria a una huelga general flotó en el ambiente. Estudiantes, sindicalistas, pequeños empresarios, funcionarios públicos y parados se manifestaron en un clima de tensión latente y rabia creciente contra un plan que sólo ofrece mayores desgracias para los más desafortunados.
Comentarios
Publicar un comentario