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Mostrando entradas de septiembre, 2013

MUD. Cine de hombres, para todo público

Una crítica de Lilian Rosales de Canals. Shotgun Stories (2007) es la ópera prima del director Jeff Nichols que marcó el inicio de un innovador cine negro y echó las bases de una estética, un modo de narrar y explorar la condición humana, edificando su corta y magnífica carrera cinematográfica. Mientras escudriña en las pasiones y los sentimientos más bajos de forma íntima y pausada, el autor en sus obras abandona la excesiva violencia pero también la pacata moral, aspectos presentes en Take Shelter (2011), su galardonado thriller pero también en Mud , su última producción. En ella destaca el empleo de un moderado tono narrativo al que subyacen, intensas pero contenidas emociones. Y aunque resulte en apariencia una historia diferente a sus predecesoras, podría afirmar que se trata de una continuidad en el ejercicio de exploración hacia el interior de sus personajes, iniciado en 2007 desde el drama. 

MULATU ASTATKE. Paisajes de Etiopía

Escribe Marcelo Espiñeira. La historia del septuagenario Mulatu Astatke (Jimma, 1943) tiene algún punto de contacto con aquella de los excelentes músicos cubanos rescatados por el norteamericano Ry Cooder en el Buena Vista Social Club . Este etíope vibrafonista fue de los primeros en su país con la posibilidad de estudiar en Inglaterra y en la Berklee americana. Así, un joven Mulatu que pintaba para químico, terminó cruzándose con la música y el jazz en particular. El romance fue inmediato y duradero. De regreso a África, Astatke desarrolló una notable producción en lo artístico, fusionando el jazz americano con el folk etíope y sabores latinos. Pero, este manjar permaneció practicamente inédito para el resto del mundo por razones políticas locales y la falta de una línea de explotación comercial para los etíopes en general. Sin embargo, en los 70´s sus contadas ediciones resultaron del máximo interés para músicos de la talla de John Coltrane o Duke Ellington , con quienes

NARCO CULTURA. Una peligrosa fascinación

Escribe Lilian Rosales de Canals. Cuando Charly García profirió el irreverente "saludos, Cocalombia" a su llegada a Bogotá en 2005, según la prensa del momento alborotó al nacionalismo light, abriendo una herida en la "gente bien" y las "señoras decentes" de la "Colombia es pasión" (campaña para vender la marca país). Desde ese instante pegatinas con la frase "hablar mal de Colombia es muy feo y de mal gusto" se reprodujeron en todos los baños dentro de una campaña de concientización espanta fantasmas. Lo cierto es que poco pudo hacer para ocultar la realidad. Charly, como de costumbre solo pretendía provocar y lo consiguió. Como reza el viejo refrán "el que se pica es porque ají come" , tras aquella manifiesta incomodidad, había un doloroso e inconveniente reconocimiento: Colombia había sido por muchos años, y continuaba siendo a pesar de los esfuerzos por lavarse la cara y controlar el narcotráfico, la nación de l

DEMOSCOPIA. Deporte argentino

Escribe Marcelo Espiñeira. No es ningún descubrimiento que la historia política argentina está atravesada por los personalismos. Si tomamos como referencia al último siglo, el único con participación democrática de los ciudadanos, la figura del General Perón se erige como máximo exponente de una nutrida colección de movimientos (más o menos populares) signados por el fervor que despiertan los liderazgos personalistas. Así como el peronismo basó su éxito en la redención de una inmensa clase trabajadora sin apenas acceso al consumo, nunca se definió si su ideario estaba apoyado en la izquierda, en la derecha o en el centro. Más bien, podríamos decir que la estampa del caudillo terminó aglutinando a políticos de la más diversa extracción social e ideales completamente opuestos. De la misma manera, los líderes peronistas posteriores a la muerte del guía, casi siempre han terminado por fundar un nuevo y heterogéneo -ismo . Menem y Kirchner sean acaso los ejemplos más cabales en este

ELECTRIZANTE. La reforma eléctrica carga contra los consumidores.

Escribe Marcelo Espiñeira. Como la sangre que fluye por nuestros cuerpos, la electricidad da vida y sentido a la existencia moderna. Tan imprescindible como el agua o los alimentos, su mera escasez o falta temporal nos estresa. Vivimos en una sociedad eléctrica y el acceso a esta energía nos resulta básico en la cotidianidad.  Garantizar el mejor suministro eléctrico posible es política de Estado para las autoridades de cualquier país desarrollado. La confiabilidad del tendido eléctrico genera inversión industrial, empleo y riquezas. Conseguir este escenario conlleva un exhaustivo análisis previo, fuertes inversiones en infraestructura y toma de decisiones acertadas para el conjunto. Es una cuestión sensible y los errores en esta materia afectan directamente a toda la actividad económica. Por estos motivos, la política energética de un país no es un tema menor.