Escribe Xavi Queralt Pons.
Cuatro años más tarde que Colorado legalizara el mercado recreativo de la marihuana en su jurisdicción, el estado de California ha adoptado la misma política. Una medida que en realidad viene a blanquear una actividad comercial en pleno auge, hasta ahora maquillada por las limitaciones que imponía la ley para su exclusivo uso terapéutico.
Según los especialistas norteamericanos, sobre el terreno se consume cannabis con gran libertad en los estados de Washington, Oregon, California, Nevada, Colorado, Maine, Massachusetts y Alaska, donde reside el 60% de la población norteamericana. Siendo California el principal mercado, por número de consumidores, producción propia y volumen de negocio general, se podría considerar que la tierra prometida del cannabis está en la costa oeste norteamericana. Por este motivo, la reciente legalización del uso recreativo en el estado más populoso de EEUU no ha sorprendido a muchos. No obstante, la situación legal de la marihuana dista de estar clara en el país del norte, ya que la ley federal continúa prohibiendo su utilización y penando su posesión.
En la práctica, la DEA persigue el tráfico de grandes dimensiones, pero como el negocio ilegal de otras sustancias prohibidas nunca se ha independizado del todo del mercado del cannabis, la situación legal de sus productores continúa siendo vigilada de cerca.
No obstante, desde la apertura pionera de Colorado en 2014, el negocio legal ha crecido sin parar. El precio de la hierba se ha disparado, en parte por los impuestos sobre la venta legal, y también por el nuevo status adquirido por la marihuana como producto gourmet. Lo cierto es que la legalidad tampoco exime a los consumidores del consumo de plaguicidas tóxicos, todavía utilizados en la producción.
Este mercado mantiene inconvenientes de todo tipo, como la mala relación con el mundo financiero. Pocos bancos en EEUU se atreven todavía a financiar proyectos comerciales relacionados con la marihuana, provocando que los grandes actores del sector acumulen dinero en efectivo, lo cual dificulta la estabilidad de sus negocios. La administración Trump no parece inclinarse por una intervención directa, por lo que algunos analistas vaticinan que el crecimiento del sector estaría garantizado en los próximos años, estimando en más de 20.000 millones de euros el volumen de ventas para el año 2021. El sueño californiano se ha teñido de verde.
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