Crítica de Marcelo Espiñeira.
Cuando una historia menor se transforma en una gran película, o es mérito del director o de los actores. En el caso de "Chloe" es consecuencia de ambos.
La enorme pericia del director Atom Egoyan (El Cairo, 1960) para dotar a un guión un tanto lineal y sin demasiadas aristas resulta determinante en el buen puerto que encuentra este thriller de tono erótico.
Su buena mano con la cámara abunda en planos sugerentes, consiguiendo decir mucho y ahorrándose tantísimas palabras. Esta señal ineludible de un buen cine, acompaña la obra de este inspirado cineasta (Exótica, El dulce porvenir) y en "Chloe" encuentra su confirmación en un formato mucho más comercial que su anterior filmografía.
El mismo realizador nos confirmará que ha mejorado el guión con indiscutible buen gusto y sentido de la estética. Aunque queda claro que los elementos de las escenas no se lo ponían fácil, sobre todo por tratarse de situaciones trilladas. Cuántas veces hemos visto la trama de un desengaño filmado con escasa imaginación o poniendo el acento en las emociones más básicas del asunto.
Egoyan ha contado con la inestimable colaboración de sus dirigidos. Los cuales son enormes actores. Comenzando por la magnífica Julianne Moore (Carolina del Norte, 1960), actriz americana que atraviesa una madurez exquisita. Su variedad de registro es cautivante, moviéndose con una asombrosa fineza en cada una de las tomas. Ella siempre le da sentido a las escenas y su calidad expresiva es soberbia. No por nada, su filmografía es a esta altura impactante.
Julianne Moore y Amanda Seyfried en "Chloe". |
Neeson se mete en la piel de un profesor universitario con sus poderes de seducción intactos, aunque esté atravesando la mediana edad. Algo que a él lo cohibe un tanto, pero no a quienes lo rodean. Su papel está logrado, y consigue el tono exacto para que la trama avance en la dirección deseada por Egoyan.
Una historia que consagra un lugar más que relevante a la ascendente Amanda Seyfried (Pennsylvania, 1985). Joven actriz de belleza poco habitual y dotada de un carisma mayúsculo. No sería arriesgado augurarle un interesante futuro a esta blonda de impecables recursos. Ya en “Chloe” consigue otorgarle el halo de misterio justo a su personaje, sin exagerar, interpretando a una prostituta de alto standing y visiblemente perturbada por los aspectos negativos de su profesión. Junto a Neeson y Moore no tiene inconveniente alguno en sostener la historia.
Un thriller con pinceladas eróticas, que trata desesperadamente de escapar de los tópicos del género, poniendo muchas veces el acento en situaciones más veladas que evidentes. El engaño, la sorpresa y algun desenlace policíaco no podían estar ausentes en esta remake del filme francés Nathalie X (Anne Fontaine, 2003).
Atom Egoyan en la presentación de "Chloe" en Barcelona. |
Por lo visto, la industria del cine no está por las apuestas improbables en los últimos tiempos. Menos, la americana. Avalanchas de remakes, producciones con rejuntes de actores taquilleros y otras jugadas por el estilo abundan en la tradicional meca del cine. No obstante, el egipcio adoptado por Canadá, ha sabido surfear las tempestades, creando un cine muy digno, preocupado por la estética y la profundidad del relato antes que por los bajos instintos de la taquilla.
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