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Carlos Gardel, el mito tanguero por José Muñoz y Carlos Sampayo.

Para quien haya vivido en Buenos Aires en algun momento del último siglo, no será trabajoso tener alguna imagen de Carlos Gardel fundida en lo más profundo de su ser.


El “morocho del Abasto” es el gran mito de la ciudad. Su voz poderosa e inspirada como pocas, se antoja inevitable compañera de sus calles, sus esquinas, sus cafés, sus barrios, su gente.

El tango no puede ser comprendido sin Gardel. Como así tampoco Buenos Aires y una época de la Argentina.
Gardel traspasó claramente esos límites que separan al artista del mito popular, y se instaló en la mística para siempre.


Su talento incomparable quedó registrado en más de setecientas canciones y ocho películas. Recorrió el mundo con su voz y alcanzó el reconocimiento unánime de su tiempo. Las difusas líneas entre la verdad, la leyenda y los recuerdos, terminaron construyendo lo que tenemos hoy de este cantante y compositor nacido en Toulouse (Francia) o en Tacuarembó (Uruguay), su mito de eterna sonrisa.

En vida inspiro a tantos, y desde su muerte hace 75 años en un accidente de aviación en Medellín (Colombia), no ha dejado de ser alimento nutriente para numerosas obras, dentro y fuera del tango.

Ya escribiría Julio Cortazar en un artículo para la revista Sur en 1953: “en su voz de compadre porteño se refleja, espejo sonoro, una Argentina que ya no es fácil evocar”.

Una Argentina que está siempre presente en la obra de los artistas que nos ocupa este artículo. Carlos Sampayo (Carmen de Patagones, 1943) y José Muñoz (Buenos Aires, 1942). El escritor y guionista, Sampayo; y el dibujante, Muñoz. Un tandem de lujo para el mundo del comic, que se instaló en 1972 en una Europa de acogida, siguiendo el camino inverso que habían marcado sus antepasados que recalaron en el sur de las Américas.

De su unión artística en el año ´74, comienza una fluída producción dentro del mundo del comic, que constantemente surca las orillas de la denominada novela gráfica. Temáticas adultas, una utilización personal de los espacios y constantes referencias situadas al margen de la anécdota principal. Como una trama que termina floreciendo en infinidad de otras paralelas. El estilo de dibujo de Muñoz, encuentra en el negro pleno y en los reflejos que queman, un sostén fabuloso para las maravillosas historias que diseñan. Sampayo tiene un dominio excelso del lenguaje, es ácido y profundo, evitando los senderos de la obviedad y atreviéndose en montajes poéticos, que provocan y evocan al unísono.

Durante años dieron vida a un detective decadente de Nueva York, de nombre Alack Sinner. Seguramente, uno de los mejores personajes de la historia del comic policial, un auténtico sobreviviente de la novela negra. Más en sintonía con sus raíces de orígen rioplatense, en 1982, comenzaron a publicar la serie “Sudor Sudaca”, convirtiéndose en otra genial muestra de sensibilidad artistica.

Carlos Sampayo es una respetada autoridad en el mundo del jazz. Sobre este tema ha publicado ensayos y ficciones, y junto a Muñoz versionó la tortuosa vida de Billie Holiday. Este libro dedicado a la diva del jazz americano es el antecedente más cercano a la reciente edición de “Carlos Gardel” (Libros del Zorro Rojo, Barcelona, 2010).

Un magnífico compendio que reúne algo más de ciento veinte páginas brillantes, por el que desfilan personajes reales de la década referenciada, y que rodean o se entrecruzan con un Carlos Gardel imaginado por la dupla. Un Carlos Gardel que responde al mito popular, que es capaz de seducir a propios y ajenos, que está bien con Dios y con el Diablo, que es pura nobleza, y que resulta tan humano como sus autores.

Lejos de cualquier búsqueda simplista o cobarde, Muñoz y Sampayo desafían el paso del tiempo, capturando en viñetas incombustibles, pequeños retazos de la memoria propia, la de una ciudad y por qué no? de un pueblo, porque Gardel fue el primer héroe popular de los argentinos, aquel que con su voz y su sonrisa conquistó tierras lejanas, sin más armas que ser fiel a si mismo.

Una entrevista de Marcelo Espiñeira.

Qué impresiones más inmediatas te dispara el nombre de CARLOS GARDEL?


JOSÉ MUÑOZ: Ahora tengo 68 años y me fui de Buenos Aires en el año ´72, con lo cual esa ciudad de aquella época precisa quedó cristalizada en mí.

Gardel realizó un gran mito de sí mismo, un talento extraordinario, refinado y trabajado con conciencia del valor que llevaba dentro. Él mismo comenzó a construir su propia leyenda en vida, y de él salieron imágenes imborrables, como la búsqueda de la excelencia, o el deseo de mejoría del talento que has recibido. Porque el talento tiene el problema de que no es democrático. Cae donde cae. Hay gente que no se da cuenta de los talentos que tiene, gente que no puede darse cuenta por la situacion social en la que nacieron y viven y también, para colmo, hay gente a la cual los talentos que poseen no les resultan gratos... (risas).

En el caso de Gardel, recibió un regalo del destino y supo trabajarlo hasta el fondo. A Carlitos lo relaciono con aquel Buenos Aires en blanco y negro, una ciudad perfectamente dibujada, para mi gusto. Con barrios que me tocaron vivir, como La Paternal, con un dibujo tirando a perfecto. Ahora, mi tardía edad hace que proyecte hacia los recuerdos de la infancia, que funcionan como estímulo creativo. Entre el recuerdo del país exótico de la infancia, entre Gardel y mis padres que fueron jóvenes en la época del cantor, yo me he sentido mientras hacía este compendio con Carlos Sampayo. Con las armas un tanto artesanales del dibujo y la palabra, resucitando, mezclando, evocando, escondiéndonos, y pidiendo refugio en un Buenos Aires que se fue.



Hay quién ha visto este libro como una excusa para indagar en el tema de la identidad nacional del joven pueblo argentino. Lo sientes así?


Esta podría ser una definición histéricamente periodística, más preocupada por lo que sucede tan sólo hoy. Pero yo creo que el tan mentado tema de la "identidad nacional", tanto en los países jóvenes, como en los viejos, es algo natural.

Todo el mundo quiere saber de qué se trata. El pueblo quiere saber quién es (se ríe). Yo quiero saber quién soy. Y desde un punto de vista más profundo, es posible que no lo sepamos nunca, que el misterio nos supere.

Este asunto de la "argentinidad", como hemos visto en el curso de la historia, conlleva una exasperación por definir, una lucha desesperada por poseer la verdad, una defensa de interpretaciones de la narración nacional que no tolera el diálogo.

Hemos elegido mostrar una especie de puja viril entre dos especialistas de Gardel, que de manera subyacente es sobre la definición de quiénes somos y hacia dónde vamos. Pero, aquí la cuestión de la identidad no es demasiado interesante, porque su respuesta es posible que nos sea vedada.

Nosotros nos entretenemos creando y tratamos de entretener a nuestro público. Con Carlos Sampayo hemos armado este hilo narrativo alrededor de Gardel, todas estas historias que hemos bordado y cosido dentro del libro, aprovechándonos con una especie de sonrisa sarcástica, de ciertas fijaciones mediocres de la discusión identitaria.

Nombras esa puja viril que algunos sectores del tango siempre han mantenido. Y en vuestra historia os atrevéis a dejar bien evidente la dualidad que siempre envolvió al personaje de Gardel.


¿Quién soy yo? ¿Argentino o uruguayo? ¿Vendepatria o nacionalista? ¿Europeo o hijo del acervo popular? ¿Hombre o mujer?...

Desde el punto de vista de la narración psicoanalítica: ¿cuáles son las cantidades de personas que viven entre nosotros?


Hay como una especie de baile de disfraces, hay que calmarse. Dejarnos de pelear por estupideces y pasear dentro de las posibilidades identitarias que tenemos dentro nuestro.

El tango, a veces, tiene una exasperación machista en ciertos componentes. Y es posible que sea porque está dudando justamente de esa pulsión. Cuando afirmas demasiado una cosa, es porque estás dudando de su existencia. Por momentos existe un miedo terrible ante la dificultad de definirse, de una vez y para siempre, con una identidad precisa, nacional, sexual… Son problemas muy populares, pero poco interesantes.

La magnificencia de todos los matices y posibilidades que tenemos dentro, agradecer la maravilla de estar vivo, y de haber caído en un lugar como el Buenos Aires de aquel momento, que estaba gozando de una extraordinaria creación popular, de la mezcla de identidades, con los blancos inmigrados, con los aborígenes que venían desde el fondo del mapa de la América para mezclarse en aquella ciudad, que un poco desarmada y desdibujada…(se interrumpe emocionado)

La sigo queriendo mucho a Buenos Aires, con todos sus mitos y todas sus historias. Los patios y las veredas, los arbolitos que se estremecen, las huellas del canto de los que se fueron por esas calles… Yo soy un cazador, un traficante de sentimientos, trato de apoderarme de aquellos que siento que aún bailan en el aire.

La experiencia de la inmigración te ha hecho unirte más al tango, comprenderlo mejor?


Hay un gran intercambio de sensaciones, rechazo, aceptación, identidades desplazadas, el lamento del blanco abandonado en una costa lejana, saber que morirás lejos de la aldea…

Borges se lamentaba, con cierta razón, del entristecimiento general del tango una vez que los inmigrantes se apoderaron de él. El tango dicharachero, áspero y bailarín del principio, con más influencia africana, dejó paso a otro musicalmente muy enriquecido, y muy cargado en su narrativa por las grandes masas de inmigrantes.

El tango tiene esta mezcla de sentimientos, te puede hacer llorar de risa o sonreir de tristeza.

Dentro de una gran colección de escenas brillantes que alberga vuestro libro, me he quedado con aquella imaginaria partida de cartas entre Gardel y Duke Ellington en un garito de Nueva York.


(Se ríe). Y la cantidad de cosas que no pudimos poner…Se nos ocurrían muchas otras escenas de este tipo, pero tienes que decantarte por unas u otras.

Binario, blanco y negro, luz y sombra, jazz y tango, me alegraría que puedan recibir compañía e impresiones sensibles de este trabajo.
 

El libro CARLOS GARDEL, ha sido editado por la editorial LIBROS DEL ZORRO ROJO.
 
www.librosdelzorrorojo.com/
 
Libros del Zorro Rojo es una editorial independiente que nace en Barcelona en el año 2004 con la intención de cubrir un espacio importante en la edición de obras ilustradas, para niños, jóvenes y adultos. Fundada por editores argentinos, la filosofía de la editorial consiste en rescatar textos de gran calidad, clásicos en su mayoría, y buscar al "ilustrador idóneo" para cada trabajo. El ilustrador enriquece así, el texto del autor a través de su interpretación.


En su catálogo infantil destacan trabajos de prestigiosos equipos autorales como Julio Cortázar y Emilio Urberuaga, Eduardo Galeano y Antonio Santos, Pablo Neruda y Elena Odriozola, Federico García Lorca y Javier Zabala, así como también una selección de obras realizadas por destacados autores internacionales, como Jesús Cisneros, Xan López Domínguez, Pia Valentinis, Bernardo Carvalho, Einar Turkowski, Bruno Heitz, Menena Cottin o Rosana Faría.

Su catálogo juvenil-adulto se desarrolla en dos vertientes: la literatura fantástica y de misterio, con autores como Lovecraft, Poe, Kafka o Stevenson, y la literatura hispanoamericana del siglo XX donde escritores como Juan Gelman, Alejandra Pizarnik, Nicolás Guillén, Ricardo Piglia o Mario Benedetti encabezan, desde diferentes géneros, un elenco de trabajos ilustrados por Carlos Alonso, Antonio Seguí, Arnal Ballester, Pat Andrea, Carlos Nine, Luis Scafati, Enrique Breccia, Santiago Caruso, Alberto Vázquez, Javier Serrano, Lorenzo Mattotti y José Muñoz.

La producción propia es un pilar de esta pequeña editorial; el catálogo juvenil-adulto está integrado casi en su totalidad por proyectos propios que surgen del gran bagaje literario de sus editores. Quizá sea esto parte de su éxito, por ello, tras seis años, han conseguido un gran reconocimiento editorial que les ha permitido publicar en coedición con reconocidas casas editoriales de Europa y América. Y es que ser los primeros en publicar una versión ilustrada de El Perseguidor de Cortázar, tiene recompensa.

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