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RODRIGO GRANDE, Una cuestión de principios. Entrevista exclusiva.


El novel director Rodrigo Grande (Rosario, 1974) exhibe una notable madurez en su último film “Cuestión de principios”. Además de firmar el guión basado en un cuento del autor Roberto Fontanarrosa, célebre escritor y dibujante también rosarino fallecido en 2007, Rodrigo tiene un  pulso incuestionable para dirigir a tres grandes actores del cine argentino: Federico Luppi, Norma Aleandro y Pablo Echarri. De paso por Barcelona, charlamos con el cineasta sobre esta, su segunda obra.



Una entrevista de Marcelo Espiñeira.


Cómo se dio lo de colaborar con Roberto Fontanarrosa?
RODRIGO GRANDE: Desde muy chico leía sus cuentos, sus comics. Fue un escritor genial, además de gran dibujante, y siempre había querido tener algo que ver con él. 
Cuando se estrenó mi primera película en Rosario, insistí mucho a un amigo en común para que lo llevase a la premiere.
Ahí nos hicimos amigos, y cada tanto comenzamos a compartir algún café. Finalmente le propuse construir un guión de cine basado en un cuento suyo, con la condición que él mismo lo eligiese. El primero que me sugirió fue "Cuestión de principios", y de inmediato coincidimos en que sería el elegido. Es un cuento que tiene la estructura justa para el cine, porque tiene un conflicto que crece todo el tiempo y personajes interesantes. Además me daba la posibilidad de trabajar con Federico Luppi de nuevo, como en mi primera película (Presos del olvido). 



Consideras que la obra de Fontanarrosa está aún por descubrirse fuera de Argentina?
Sí, seguro que sí. En Latinoamérica es algo conocido y aquí sólo para algunos fans del comic, pero no tanto fuera de este mundillo. Me gustaría mucho que comience a circular su obra literaria, la cual considero valiosísima. Sería un lindo descubrimiento para mucha gente. Tanto Sabina como Serrat son muy admiradores de su obra. Para los que lo han leído o conocido el "Negro" ha generado un poco de adicción. 



Cuéntanos cómo ha sido trabajar con Luppi y Aleandro.
Son una dupla que me encanta. Son amigos y se percibe un gran afecto entre ellos. Juntos producen una química muy especial. Es muy lindo ver juntos a dos actores admirados en pantalla. Siempre recuerdo una de Burt Lancaster y Kirk Douglas, donde hacían de unos presos recientemente liberados. Me pareció muy emocionante ver a esos dos tipos ya grandes, con más de cien películas rodadas cada uno, al final de sus carreras y compartiendo una misma cinta. Algo similar hice con Ulises Dumont y Federico Luppi en mi primera película, la gran dupla de Adolfo Aristarain. Supongo que uno trata de copiar un poco aquello que nos gusta y tiene que ver con eso.  


El director Rodrigo Grande en Barcelona.

Son más complicados de dirigir que los actores novatos o no?
A Federico, Norma o Pablo no los dirijo, miro lo que hacen y lo disfruto. Uno les puede decir: "un poco menos, o un poco más. Ese gesto que has hecho, como tengo puesto un gran angular, por favor hazlo un poco más amplio". Pero no mucho más que esto. 


Hablamos mucho antes del rodaje, pero no tanto de los personajes, hablamos más de gustos personales, de anécdotas previas, ellos recordaban cosas que habían vivido juntos. Fue más que nada para establecer un ambiente cordial. Es casi como un partido de futbol, buscas a los amigos, llegas, hablas un rato y luego te pones a jugar y disfrutas del juego. 
Digamos que les dejo hacer más o menos lo que ellos quieren y si hay algo que no me gusta se los digo. Lo más probable es que ellos superen lo que yo había imaginado previamente sobre la historia, entonces no prefiero condicionarlos. Partiendo de esta base, prefiero no corregirlos demasiado. 


Cuáles son tus referencias en esto del cine?
Principalmente me interesa el cine clásico. Creo que los personajes de esta historia se ajustaban bastante bien a este estilo. Tampoco significa que todo lo que filme en un futuro tendrá que ser en este tenor. Probablemente otro tipo de historia merezca mover más la cámara o practicar otro tipo de tomas. 

Lo que tengo claro es que detesto esa actitud del amateurismo a propósito. Me molesta mucho cuando la cámara se mueve sin necesidad. Como si el director quisiera hacerse presente en la historia, en vez de contárnosla.  

Siempre me pareció más valiente Billy Wilder que Jean-Luc Godard. Creo que cuando uno apela al lenguaje clásico, las equivocaciones se notan mucho más. En un extremo, donde se experimenta o se improvisa mucho, todos los errores parecen parte del mismo estilo en sí. Son sólo posturas extremistas que suelo tener…Me gustan mucho García Berlanga, Mario Monicelli, Billy Wilder…los que nos gustan un poco a todos. No soy muy excéntrico en cuanto a esto. 

Escena de "Una cuestión de principios".

Encuentro a tu película respetuosa de esta tradición de la comedia costumbrista argentina.
Me lo han dicho, pero igual nunca entiendo muy bien este concepto del costumbrismo. Creo que sería cuando uno enfoca un tema que habla de costumbres propias de un lugar. Casi todo entra dentro de ese marco. "Cuestión de principios" podría transcurrir también en cualquier lugar de Brasil. 

Pero admitirás que retratas claramente a la ciudad de Rosario.
Sí, claro. A eso lo llamo localismo. Esto de marcar el color del lugar preciso en que transcurre la historia. Dotarla de los detalles propios. También es cierto que esta película tiene tres o cuatro escenas que dependen de la coincidencia. Se dan encuentros de personajes en la calle. Y eso es más lógico que se dé en una ciudad pequeña, como Rosario. Si estuviese filmada en Buenos Aires, esas escenas nos hubieran parecido excesivas. Es verídico, caminando por Rosario seguro que me cruzo con dos o tres amigos en quince minutos. Te doy la razón, la película tiene toques muy localistas.

Por qué crees que el personaje de Luppi (Castilla) no se adapta al paso del tiempo?
Hay tres elementos fundamentales. En primer lugar, una figura paterna muy fuerte, que le ha marcado que se debía y que no se debía hacer en la vida. Por otro lado es una persona asmática, y sabemos que aquellos que lo sufren suelen ser niños muy sobreprotegidos. Y finalmente, Castilla adopta los discursos que le convienen, algo que hace todo el tiempo. Es de estos viejos que repiten cosas que le han enseñado a repetir. Y esto te produce inmovilidad, porque te sientes preso de tus palabras. El se cree que todo tiempo pasado fue mejor, y esto lo tiene rígido. Siempre anda aconsejando a los demás. A mi me sucede que cuando siento un Castilla cerca, me alejo lo más que pueda. 

Crees realmente que todos tenemos un precio?
Luego de hacer esta película quedé convencido que si. Quizás no sea algo monetario, pero creo que siempre hay un valor para intercambiar algo propio. 

Por ejemplo: no estoy dispuesto a ocasionarle daños a ningún animal en mis rodajes, bajo ningún concepto lo haría. Es la respuesta que te daría sobre mis límites en mi trabajo. Nunca haría lo que se hacía en aquellos westerns cuando le ataban las patas a un caballo para que se cayera y que quedara una toma cojonuda. Ahora, si secuestran a mi hijo y me piden que haga esto, ya se convertiría en un precio. 

Uno imagina que no hará muchas cosas, pero las circunstancias pueden llevarte a cambiar de idea. A esto me refiero cuando digo que todos tenemos un precio. 



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