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ENERGIA ES PODER, entrevista con MARIANO MARZO.

La revuelta en el mundo árabe era previsible, pero ha tomado con relativa sorpresa a la mayoría de los gobiernos europeos. Como si un mundo de cuestiones domésticas cegara a nuestros líderes, y no fueran capaces de comprender que sus principales proveedores de energía, eran gobiernos que oprimían sistemáticamente las libertades de sus pueblos. Dictadores, más o menos establecidos desde hace décadas que jugaban a ser patriotas, mientras disfrutaban las mieles del lujo en palacios familiares, a costa del precio altísimo del crudo y de la supuesta ignorancia de sus súbditos.



Gadafi no era la excepción. Lamentablemente, nuestro buen vivir europeo se soporta en proovedores energéticos poco éticos, auténticos funimbulistas del poder, que nos permitían hasta ahora compensar nuestra manca de recursos a golpe de talón. Y mientras tanto, ir dejando para más adelante la solución a nuestros problemas reales.


El suministro energético, tanto como la regulación de la demanda, son cuestiones de extrema urgencia para los
europeos. Por estilo de vida, por la dureza del invierno o diversas razones de idiosincrasia, nuestro consumo es altísimo. Y los recursos disponibles son bien escasos. Por lo tanto, la implementación de una política estratégica al más alto nivel es indispensable en la opinión de expertos como Mariano Marzo, catedrático de la Facultad de Geología de la Univ. de Barcelona.

En esta entrevista de finales de marzo pasado, se opone tajantemente al continuismo nuclear en la región, aboga por un ahorro que nazca desde el comportamiento individual hasta lo colectivo. Aclara la posibilidad real de las renovables o el hidrógeno. Critica el electoralismo que envicia la política estatal, la falta de un pacto de Estado en materia energética y la escasa ética de los mercados financieros, como sus burbujas especulativas.


Una entrevista de Marcelo Espiñeira.

Luego de la crisis en Libia y el tsunami en Japón, ha salido a la luz el problema de suministro energético en Europa. Cree que se estaba barriendo bajo la alfombra en este sentido?  
MARIANO MARZO: No, es un problema conocido desde hace mucho. En general, siempre supimos que la única fuente de producción autóctona (en cuanto a petróleo o gas) era el Mar del Norte. Y esta zona ha entrado en declive. Inglaterra ha pasado de ser autosuficiente a tener que importar crudo, Noruega todavía resiste. Luego tenemos algo de carbón y  sólo nos quedan las renovables como opción verdadera. 

Lo que ha sucedido, más que una falta de planificación, es que ha habido una confianza excesiva en el mercado. Es decir, no tenemos recursos pero existen en otras partes, entonces sólo nos hace falta lograr los acuerdos necesarios para transferir esta energía primaria de un sitio a otro. Este ha sido el lema.

Ahora bien, estas interpretaciones basadas de manera pura y dura en términos económicos suelen obviar otros problemas basados en el frente de la geopolítica. Como, por ejemplo, la seguridad de suministro o la lucha contra el cambio climático y la conservación del medio ambiente. Y finalmente todo se complica bastante. Las cosas no son como se explican en las facultades de economía, sino que intervienen muchos más factores que hacen que una política energética correcta tenga que luchar simultáneamente en tres frentes. El frente del medioambiente, especialmente a raíz del cambio climático. El frente de la economía, y también el de la seguridad de suministro. Esto hace que la política energética sea un asunto estratégico de máximo nivel que a veces los gobiernos y los políticos no saben calibrar. Es una cuestión que requiere de políticas a medio y largo plazo, y los períodos electorales son de cuatro años. También requiere la integración de políticas energéticas, industriales, de asuntos exteriores, de I+D, de medio ambiente. En pocas palabras, se necesitan soluciones integradas del máximo nivel estratégico y la Unión Europea va aprendiendo poco a poco, a golpe de fracasos o situaciones extremas como el terremoto en Japón. Se va actuando, pero a remolque de los acontecimientos. 

..."Hay que apostar
por la sustitución de
la energía nuclear"...

España en particular, tiene margen de maniobra política en temas de energía? 
Yo creo que sí. En este sentido, Europa se ha trazado un plan de reducción del consumo energético del 20% para el año 2020. Y nosotros no vamos por buen camino, si seguimos así, sólo conseguiremos reducir un 10% nuestra factura de energía. Pero, las nuevas medidas son agresivas. Las administraciones se han comprometido a renovar el 3% de sus edificios por año para ir en el camino del ahorro y la eficiencia. Van a instaurar auditorías energéticas a las grandes empresas. En teoría nos facilitarán medidas de control a los consumidores para saber nuestro consumo diario. Y yo creo que ahorrar un 20% no nos debería resultar un objetivo de difícil concreción. Debemos comenzar a rebajar la factura energética exterior como sea, que en 2010 ya ha representado el 66% del déficit comercial español. Algo demasiado excesivo y por lo tanto hay que potenciar las fuentes indígenas de producción. 

Sobre estas tres patas que serían: ahorro y eficiencia, saber que hay que ahorrar, y potenciar fuentes internas de producción; tenemos un cierto margen de maniobra. Pero no podemos olvidar que la suficiencia energética es una quimera en casi todo el resto del mundo. Incluso en países productores, la balanza está muy complicada, y el futuro pasará por medir mucho lo que se gasta, como hacían nuestros padres y nuestros abuelos.

Cómo está conformado el consumo energético español? 
El 20% es electricidad. El 50% del gasto es en derivados del petróleo, que básicamente es usado en el transporte. Y el resto es gas natural, que utilizamos para calentar nuestros hogares. De ese 20% eléctrico, sólo un 20% es de origen nuclear. Esto quiere decir que no parece descabellado que nos planteemos su reemplazo por otro tipo de fuentes más seguras. Nuestras centrales deberán ser reemplazadas dentro de quince o veinte años cuando acaben su vida útil, y este tiempo nos da margen suficiente para trabajar con un escenario de sustitución. 

Teniendo en cuenta el ahorro que deberemos hacer, más el avance de las renovables, y que nuestra instalación de gas natural está funcionando al 50%; creo que la posibilidad de sustituir la energía nuclear es cierta. No es algo que se pueda hacer de un día para otro, pero sí de forma gradual.


Lo noto partidario de una sustitución de la energía nuclear.
Creo que se ha producido un punto de inflexión en el mundo. Esta industria no puede seguir funcionando a base de accidentes. Llevamos tres de los gordos en 40 años. Parece que esta industria sólo se acuerda de Santa Bárbara cuando truena. Creo que en Europa en general, esto marcará un antes y un después, por dos motivos. Independientemente de los avances técnicos, financiar nuevas centrales nucleares será complicadísimo si los Estados no están involucrados. Los costes de seguridad requeridos serán muy altos, la fabricación de estas centrales necesita grandes flujos de capital en la fase inicial y dudo que la empresa privada se embarque en un proyecto de esta magnitud si no tiene la garantía del Estado detrás. Estos dudarán porque la percepción social no es favorable. Y los Estados en una democracia son los gobiernos en el poder. Por lo tanto, este clima de inseguridad difícilmente haga posible financiera y políticamente la implantación de nuevas centrales en un futuro inmediato. Además los costes de seguros se dispararán. 

Por lo tanto, teniendo en cuenta que su reemplazo es bien dificultoso, comencemos a trabajar con el plan B. Creo que hasta aquí hemos llegado con la energía nuclear, no podemos actuar como si no hubiera pasado nada. El de Fukushima es el tercer incidente grave y en esta situación debemos anticiparnos quince años vista a algo que vemos venir. Creo que debemos comenzar ya mismo un plan de sustitución progresivo del parque nuclear en Europa. Porque en los países emergentes, la demografía manda y echarán mano a todo lo que puedan. Desde las renovables, la nuclear, el carbón, etc.

El plan B sería potenciar la eólica y la fotovoltaica?
El plan B sería potenciar la eficiencia y el ahorro, para conseguir reducir el 20% del consumo o más, y generar un resguardo con las renovables o el gas natural. Ser más eficientes, el camino va por ahí.


Hubo malos manejos con el desarrollo de la energía fotovoltaica en España?
Esta energía todavía tiene problemas de competitividad. Se intentó promocionarla con muchos subsidios, y hubo un fallo de cálculo. El sector del ladrillo aprovechó unas condiciones de subvenciones muy favorables y terminó convirtiendo esta actividad en un producto financiero más de alta rentabilidad que terminó creando una burbuja especulativa. En la cual se han sentido atrapados muchos pequeños productores (granjas fotovoltaicas) que han obrado de buena fe y arriesgando parte de su capital privado. Con lo cual han pagado justos por pecadores. Podríamos decir que el sector financiero ha desvirtuado bastante un sector que debería funcionar bien a partir de pequeños productores. Creo que se volverá a reactivar en su momento, porque si bien su coste puede ser elevado, no podemos olvidar que la factura por importación de crudo y gas para España se elevó a los 30 mil millones de euros. Las primas a las renovables fueron 6 mil. ¿Excesivo? Sí, pero también es excesivo el gasto que tenemos en importación de otros productos energéticos. En todo caso, deberíamos racionalizar los sistemas de incentivos, sin caer en errores del pasado.

Cuál sería el límite de las renovables? ¿Qué porcentaje podrían cubrir del consumo actual español?
Estamos comprometidos a un 20% de renovables dentro del marco europeo. Creo que podremos llegar a este objetivo, incluso superarlo un poquito. Habrá que trabajar en la competitividad de estas energías. De momento, la mejor es la eólica. Pero, tenemos problemas y no todos provienen del Estado o de la cuestión financiera. En Catalunya, la oposición de grupos ecologistas ha parado el plan eólico. Pues dentro del ecologismo influye también la visión del paisaje, es decir que no será un camino de rosas. La gente todavía no es conciente lo que nos está costando al bolsillo, intentar frenar el desarrollo de renovables. Hay recorrido en tierra y también tenemos la opción de instalar parque eólicos en el mar, pero que serán más caros. Hay que mejorar la competitividad de la solar. Y en cualquier caso, insisto en la gestión de la demanda antes que en las cuestiones de producción. Hay que consumir muchísimo menos. Este es el mensaje. Debemos revisar nuestro gasto en transporte y en la factura de la luz y el gas. Si gastamos un 10% de nuestros ingresos en esta factura, es que somos unos precarios energéticos. Es que estamos viviendo por encima de nuestras posibilidades. Con este concepto bien claro, debemos exigir que nos den instrumentos para controlar nuestro gasto, que los contadores no sean solamente una cuestión de las compañías, que en casa lo pueda ver con mi ordenador, para poder controlarnos en el día a día. A partir de aquí, comprenderemos que no somos tan ricos como creemos que somos y que tenemos que ajustar a nuestras posibilidades el gasto. Y no creo que suponga una renuncia excesiva a nuestra forma de vida. 

Los Ayuntamientos con toda la buena intención del mundo caminan hacia la sostenibilidad, quieren trabajar en red, descentralizar, pero muchas veces cometen errores. Por ejemplo, con la instalación de paneles solares en sus edificios. Antes deberían realizar una buena auditoría energética. Porque es muy probable que puedan ahorrarse más energía en los edificios, que los que les vaya a producir esos paneles solares. Es muy tentador inaugurar instalaciones de producción fotovoltaica porque tiene una visualización política mayor. Pero tengamos mucho cuidado en cómo y por qué las hacemos.

Existe un acuerdo entre los grandes partidos políticos españoles acerca de política energética?
No hay un pacto de Estado en este sentido. Ni aquí, ni casi en ningún lado. El problema de España es que es un nuevo rico. Se ha encontrado de repente con esta riqueza y se ha creído que teniendo dinero se puede pagar todo y sin planificar casi nada. Se ha hecho de esta cuestión, algo electoral. La energía está en la base de todo sistema productivo. Un país con tradición de potencia sabe que energía es poder, que es la capacidad de hacer un trabajo. Y que si transfieres esta capacidad a manos privadas o a otros países, el Estado se está quitando posibilidades de transformar un modelo productivo. 
A partir de esto, creo que existe una frivolidad importante. En los países concientes de esto, dejan de lado la cuestión electoral en temas energéticos. Nosotros no, raspamos votos en base a cambiar el discurso depende la audiencia que nos esté oyendo. Las contradicciones a nivel jurisdiccional e incluso dentro de los mismos partidos son flagrantes. Por eso sería esencial arribar a un pacto de Estado, para elaborar una hoja de ruta, y quitar el factor electoralista de la cuestión energética. De lo contrario, vamos muy mal porque no se van tomando medidas y el tiempo apremia. Se pueden ganar unos votos, pero el país no está yendo en la dirección correcta, ni a la velocidad que debiera.






























Qué actitud toma una gran empresa como Repsol ante el desarrollo de las renovables?
Ellos ya apuestan por el cambio. Repsol tiene claro que su negocio ha sido siempre el proveer de petróleo, pero en estos momentos tienen un centro de investigación tecnológico en Móstoles (Madrid) y están trabajando en la diversificación de los futuros combustibles de transporte. Van desde biocarburantes a partir de combustibles de segunda generación (que no interfieran con la generación de alimentos), electrificación de los vehículos (inauguración de puntos de recarga), gas natural (como propulsión). 

Creo que tienen claro que la mezcla energética del futuro será más variada que en la actualidad, y por ello se están preparando para que su fuente de negocio no decaiga. 
Tampoco nos vayamos a creer que en el mejor de los escenarios, el motor de explosión movido por gasolina o diesel será reemplazado inmediatamente. Con mucho optimismo, de su actual 95%, caerá a un 80% para el 2030. Pero se irán potenciando los híbridos, se irá electrificando el transporte público, también el de mercancías, y las petroleras intentarán seguir haciendo su negocio aceptando que los combustibles serán mucho más mestizos que hasta ahora.

Y en qué otro combustible podríamos pensar que no sea un derivado del petróleo o el gas?
Podríamos pensar en el hidrógeno, que según las perspectivas de la OCDE podría comenzar a penetrar en el mercado a partir del 2030. Todavía nos queda un largo recorrido por delante. Por eso creo que hasta 2030 se apostará por eficiencia, por híbridos, por híbridos enchufables, por carburantes más o menos mezclados con explosión, una pequeña penetración del coche eléctrico restringido a un uso interurbano o dentro de pequeños entornos, la electrificación del ferrocarril de pasajeros y mercancías, priorizar las infraestructuras de transporte público electrificadas. Y por supuesto que andar mucho en bicicleta. 

Sustituir el petróleo a gran escala, de momento es muy caro tecnológicamente.


Podríamos decir que el modelo de aviación low cost tiene los días contados?
Creo que este negocio tendrá cada vez más dificultades. Los modelos de turismo para grandes ciudades, como es Barcelona, basados en el arribo de turistas de fin de semana vía low cost, son una apuesta para ir reemplazando cuanto antes. No se está prestando la atención que se debiera a cuales son las previsiones de la subida de los precios de los carburantes en un futuro inmediato y sólo se piensa en qué facilidades se les darán a estas compañías para que se instalen en tal o cual aeropuerto. 

Las previsiones son malas, de un encarecimiento importante del precio del combustible para los aviones. La sostenibilidad del low cost está en entredicho ahora mismo. Entonces, poner todos los huevos en un mismo cesto, lo veo peligroso y en cualquier caso Barcelona tendría que gestionar este riesgo.  

Cree que ya se están tomando en cuenta estos riesgos?
Soy un poco pesimista al respecto. Y sobre todo por los sectores financieros implicados. La razón principal es que el cortoplacismo lo llevamos en el ADN. La industria energética necesita diez años de inversión y este es un plazo poco asumible para casi todos los sectores financieros que tienen que contentar a sus accionistas cada seis meses. Entonces, puedes pensar a futuro y estar convencido, pero es difícil que la misma gente que te exige resultados, te lo permita. La gente busca un retorno inmediato de beneficios y es reacia a invertir sus capitales en empresas con un pensamiento a largo plazo. Son proyectos que requieren mayor visión estratégica y más intervención del Estado.



El nuevo límite establecido en 110 km/h en las carreteras españolas es una medida de ahorro suficiente?
Ya en 2005 había un estudio muy serio que recomendaba usar lo menos posible el vehículo, luego compartir el coche, y establecía en 90 km/h el límite de velocidad recomendado para efectuar un ahorro considerable en el consumo. También hablaba del fomento del teletrabajo, la compresión de las jornadas laborales, una semana laboral de cuatro días, toda una serie de medidas complementarias. La Agencia Internacional de la Energía elaboró este informe pensando en posibles emergencias o una interrupción del suministro. 

Creo que al fin y al cabo, con el precio que está alcanzando el litro de gasolina, terminaremos adoptando muchas de estas medidas nos guste o no. Sencillamente no podremos pagar más. Ya se anuncian movilizaciones de transportistas para esta semana santa. Estamos ya en niveles que crean desasosiego social. Podemos dejar la solución en una política de precios, pero el tema nos terminará pillando tarde o temprano. La discusión entre los 120 o los 110 es estéril. El problema es más complejo que esto, ya mismo tenemos que comenzar a ahorrar individualmente y si no sucederá como con el cigarrillo, las prohibiciones llegarán. 

Parece que la industria automotriz no tomará en cuenta estos pronósticos ya que continúa vendiendo coches cada día más potentes.
Básicamente aquí intervienen factores psicológicos, o de marketing. Lo que intentan es darnos a los consumidores un vehículo que exige consumir más. La potencia de estos coches es excesiva, luego pesan más de una tonelada, se avanza poco en el uso de materiales nuevos, etc. ¿Es necesario que utilice una máquina de una tonelada de peso para desplazar mi cuerpo de sólo 80 kilos?

Las contradicciones en este campo son enormes. ¿Para satisfacer la psique humana debemos utilizar chorros de petróleo? En otra época en que no nos planteaba ningún problema económico, podría ser. Y hablo en un sentido colectivo, porque es posible que desde un punto de vista de un individuo que vive instalado en el lujo, esta propuesta no le resulte atractiva. Nuestra sociedad vive instalada en un individualismo poderosísimo y todo se toma como un atentado a la libertad individual. 

..."Debemos rebajar
nuestro consumo de energía
ya mismo"...

Las imágenes del banquero Botín en las carreras de Fórmula 1 son elocuentes en cuanto a este individualismo que usted señala...
Sí, los sectores más conservadores y ultraliberales han hecho suyos todos los lemas del mayo francés del ´68, del "prohibido prohibir"… ¿a qué hemos llegado? (risas). 
Esto es algo ideológico, pero no veo bien que el progreso se deba medir por los avances individuales antes que por los avances colectivos.

Se dice que si todos viviéramos como los norteamericanos, necesitaríamos tres planetas Tierra para nuestro abastecimiento.
Sí, es verdad. Y ahora osamos culpar a los países emergentes por la crisis del petróleo y por su exagerada demanda. El consumo per cápita de un americano es dos veces el de un europeo, y el nuestro es el triple que el de los ciudadanos de los países emergentes. 

Y ni nombremos a Africa.
Lo de Africa es terrible, los 20 millones de habitantes de New York consumen en un año la misma electricidad que 800 millones en Africa. Así es como medimos el progreso actualmente. Energía es poder, es así de claro. 






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