...¿Cuál es mi generación? Esa que creció delante de la televisión...Y parece que tu vida quepa en un ordenador”... canta y se pregunta Dolores Beltrán en una de las tantas buenas canciones de “Un viaje en noria” (Sony Music, 2011), el nuevo disco de Pastora.
En España hay pocos que no conozcan a este trío de Barcelona que golpeara fuerte hace ya diez años atrás con un bombazo radial llamado “Lola”. Aquella pegadiza con un estribillo que imploraba ...”No me llames Dolores llamame Lola”... Anécdota de aquellas necesarias para alcanzar la gran audiencia. Pero Dolores, Pauet y Caïm (ellos, hijos del
cantautor Pau Riba) son bastante más que una canción del verano. Afirmación que escuchando su nueva obra se confirma inmediatamente.
Una entrevista de
Marcelo Espiñeira.
Hipnotizado por “Un viaje en noria”, me alegro cuando aceptan que nos encontremos para charlar sobre su presente. Inicialmente, la cita es para una esquina a escasos metros de la plaza Francesc Maciá (en Barcelona), pero una hora antes recibo hasta tres llamadas suyas cambiándome el lugar de encuentro. Parece que los Pastora son un tanto exigentes con los lugares donde comer, “somos un tanto sibaritas” me confirmarían luego.
Al fin llego a la hora convenida, ellos me esperan ultimando sus postres, sentados en una mesa de un refinado local del Passeig del Born, situado frente al Mercat del barrio. Son amables, aunque parece que para entrar en confianza requerirán de un buen rato.
Mis primeras preguntas son recibidas con algo de frialdad, como quien tiene que contestar lo mismo una y otra vez cada día. Y algo de cierto hay en el asunto, con la bajada de ventas en el mundillo de la música, los artistas se ven obligados a aceptar muchísimas más entrevistas que antes, eso sin tener en cuenta la enorme cantidad de blogs dedicados al tema que florecen día a día en la web y a los que también se dignan a atender muchas veces. De ahí, que comprenda su cansancio de antemano. Moneda corriente en el ambiente, para estos días.
Me confirman que el disco condensa bastante el sonido de la banda, como si hubieran exprimido lo mejor de una carrera relativamente corta pero fructífera en esta docena de canciones de pop perfecto. Caïm comienza a entusiasmarse cuando me cuenta que: “buscábamos acercarnos bastante más al sonido de nuestro directo con estas canciones que en discos anteriores. Tuve épocas en que disfrutaba más oyendo música en cascos. Por eso grabábamos en aquel estilo más cercano a los recursos que te brinda el estudio”.
En la gira actual, los Pastora se están presentando con una formación que incluye batería, bajo, teclados, Caïm en la guitarra y por supuesto a Dolo en los micrófonos. Fue así que llenaron el Palau de la Música de Barcelona a comienzos del pasado mes de marzo. Hito que no es novedoso para la banda y que ya se ha convertido en una sana costumbre.
...¿Cuál es mi generación? La que vive el compromiso mientras dure la pasión. Y si te andas por las ramas, viene otro que es mejor”... sigue cantando Dolores en mi cabeza. Por eso no puedo evitar preguntarle sobre sus intenciones a la hora de escribir estas canciones. “Soy una persona demasiado normal” se ataja, “puedo escribir sobre relaciones, sobre lo que pienso, sobre lo que me sucede. Y a todos nos pasan cosas similares con estos temas”. Es cierto, sus versos captan muy bien esos espacios que se producen en las parejas, esas zonas de encuentros, esas otras donde los límites están difusos, lo irrefrenable de algunos deseos, y hasta se permiten más de una crítica social. Son palabras filosas y acertadas, muchas veces suavizadas por las melodías cálidas que construye el bueno de Caïm desde su central de operaciones.
Feel the magic
Esta vez también han querido soltar algunas guitarras rock en el cóctel final. Por eso mismo el compositor acepta que el single de difusión es un poco una canción trampa: “Feel the magic no pinta mucho con el resto” asiente Caïm y se ríe cómplice. “Es una canción que llama mucho la atención cuando la oyes por primera vez” la defiende Dolores. Y concuerdo con ellos en que seguramente se convertirá en un gran éxito de las discos este año. Una canción que tiene una marcha indiscutible, un estribillo mortífero y la simpleza requerida para imponerse sin contemplaciones en las audiencias nocturnas entregadas a la danza.
“Cuanto necesitaba un respiro. Desabrocharme el vestido, perder sentido”... canta la buena de Dolores al comienzo del hit, marcando el tono erótico del tema. Como poseída por las historias calientes que protagoniza en la serie “Infidels” de la TV3 todas las semanas. Porque Dolores es una persona de lo más normal, pero sale en la tele cada siete días.
Con el correr de los minutos, ya hablamos como amigos, y pese a cierto hermetismo que nunca van a dejar de lado (por precaución, supongo) van soltándose en sus opiniones, casi siempre enfocadas en el concepto musical. Pauet, quien se encarga de los aspectos visuales del combo, se manifiesta muy contrario al formato single que se ha reforzado últimamente con Spotify y otras plataformas digitales: “Sigo creyendo en el concepto disco, no me interesa para nada sacar un tema nuevo cada tres meses y mantener un contacto con el público a través de canciones editadas de manera esporádica”. No hace falta aclararlo demasiado, porque aunque pueda relacionarse a Pastora con buenas canciones que funcionan de manera individual, sus discos guardan una cohesión y un respeto especial por la obra conceptual. “Un viaje en noria” no es la excepción, todo lo contrario. Es una gozada precisamente en este sentido.
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