Una entrevista de Lilian Rosales de Canals.
Disfrutar de “Entre dos aguas” o “Zyryab” de Paco de Lucía, de las falsetas de Diego el Morao o de Tomatito interpretadas por Amós Lora (Madrid, 1999) es una experiencia que le resultará sorprendente e inolvidable. Difícil es encontrar en la historia reciente un chaval con tan excepcional talento que interprete a otros autores haciendo los temas tan suyos, que improvise y componga con pasión inusual a tan corta edad.
No en vano ha constituido el rumor más virulento en el mundo del flamenco de los últimos tiempos. A 8 años de haber sido presentado por otra entidad de este arte, el guitarrista Jesús de Rosario, la joven promesa (con el beneplácito y la rúbrica del maestro de maestros Paco de Lucía), lanza su primer disco "Cerro negro".
Amós Lora es un pequeño madrileño de 12 años que no para de reír durante la entrevista, aunque atiende con pasmosa madurez. Su dulzura al hablar contrasta con el ímpetu interpretativo sobre las tablas. Luce feliz y despreocupado. Pareciese desconocer el gran compromiso que representa comenzar a formar parte de la pléyade flamenca. Paco de Lucía ha tenido unas palabras de elogio para el cañí de este sin par guitarrista y es tanto así, que dedica un especial mensaje en la portada de su CD: "Amós, como sigas tocando así nos vas a mandar a todos a los albañiles".
No sólo bulerías
El bautizado "niño prodigio del flamenco" -según reseña de varios medios- nos cuenta que sus andares sobre las cuerdas se remontan a los 4 años cuando el padre y maestro iniciático, Manuel Lora, le regala su primera guitarra. Un pequeño instrumento que recuerda Amós entre risas: "está desaparecida pero con ella aprendí a rasguear y picar".
Para entonces había memorizado una secuencia completa (12 minutos) de una composición de Paco de Lucia. No es de extrañar que su padre, sorprendido, se concentrara en iniciar al pequeño por ese camino. Soleás, bulerías y tangos fueron su primer repertorio.
Tan es así que, hoy por hoy, su gusto no desmerece para nada su excepcional virtuosismo cuando señala admirar a Pat Metheny, George McLaughin, George Benson, Miles Davis, John Coltrane o Charlie Parker, a quienes estudia de forma autodidacta.
El jazz es para él un género indispensable, una fuente de inspiración tanto como el flamenco. A propósito dice: "hombre, a mí lo que me gusta es eso, pero también la música brasileña porque le encuentro un parecido, sus estilos en general tienen mucho en común".
Ha recibido clases con El Entri (Escuela de Caño Roto), con Carlos de Jacoba (quien le ha guiado en el cante), con Tomatito (de quien aprende sus falsetas) y con Diego El Morao. De estos dos últimos íconos Amós dice heredar todo "aquel rollo de las bulerías".
Si bien nos muestra un gusto alejado del que tienen la mayoría de los pequeños de su generación, manifiesta ser un niño igual a todos los demás. Sus rutinas han sido organizadas de manera tal que pueda compaginar colegio y música. "Lunes, martes y miércoles al cole en Salamanca por la mañana. Jueves y viernes los dedico al estudio de música en la escuela madrileña de Caño Roto. Como me voy a dedicar a la música. De los estudios del cole haré lo que me dé tiempo, sólo hasta lo obligatorio". Completa su formación musical en el emblemático barrio almeriense de La Pescadería, testigo del nacimiento de grandes de este género.
Al margen de la guitarra le agrada el pádel, la natación…le encantan los cómics y muestra un especial interés por los audiovisuales. Se manifiesta un pequeño productor de "películas": "Entre amigos de clase rodamos 30 minutos de documentales caserillos con el móvil, una historia corta con sentido donde hablamos de las vacaciones o temas parecidos. Utilizo el after effects y quedan muy bien. Me gustan la informática y los efectos especiales".
En cuanto a la composición dice: "un día que me apetezca saco algo bonito y lo grabo en el móvil para acordarme. Así voy enlazando cosas. Supongo que compongo a cachos. No sé exactamente qué estado emocional me hace componer, al igual que improvisar. Me conozco las escalas, las notas, me concentro y no pienso en nada más".
Amós ha tenido la oportunidad de mostrarse en Roma durante un concierto privado para Paco de Lucía y en La Habana donde generó gran revuelo. Las experiencias inolvidables le inspiran: "Me gustaría viajar, recorrer el mundo con la guitarra y poder llegar a dar muchos conciertos. Mi sueño es ser como Paco de Lucia, pero eso lo quiere todo el mundo, ¿no?" (ríe).
Con su guitarra preferida, la "baranda" de Mariano Conde, Amós ha compuesto tres de los temas que hoy conforman el repertorio de "Cerro negro”, cuya producción le ocupó seis meses a caballo entre Madrid y Salamanca. "Casi todo el resto está hecho a medias. Si es un tema con cante y con guitarra, pues las falsetas son mías y las letras del cantaor".
El pequeño virtuoso es una joya, según palabras de Paco de Lucía. Ciertamente le queda mucho camino que andar pero tiene todos los números para subir al pódium de los grandes y comerse al mundo.
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