Escribe Marcelo Espiñeira.
En 2012, el que fuera el continente más preocupado por el futuro del medio ambiente y que más regulaciones había introducido en su sector industrial para intentar reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera, se ha volcado a la utilización del más sucio de todos los generadores de energía: el carbón.
¿Cómo se explica que Europa haya incrementado su explotación del lignito (carbón mineral) durante 2012, mientras dicta clases de ecología básica en todos los foros internacionales posibles?
En 2012, el que fuera el continente más preocupado por el futuro del medio ambiente y que más regulaciones había introducido en su sector industrial para intentar reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera, se ha volcado a la utilización del más sucio de todos los generadores de energía: el carbón.
¿Cómo se explica que Europa haya incrementado su explotación del lignito (carbón mineral) durante 2012, mientras dicta clases de ecología básica en todos los foros internacionales posibles?
La respuesta solo podemos encontrarla, de manera tangencial, en el auge de la explotación de gas de esquisto en EEUU. Este fenómeno reciente sumado a un bajón de la demanda china, ha convertido a Europa en el principal mercado para los productores de carbón que han dejado de vender en EEUU. Por supuesto, a un precio mucho menor que en pasadas temporadas.
El colapso del sistema regulatorio europeo (ETS) y el alto precio del gas ruso han hecho el resto. La industria energética alemana ha preferido tirar de un carbón barato antes que del oneroso gas ruso en el proceso de obtención de electricidad. En consecuencia, el uso del lignito se ha disparado sorpresivamente en la región, y la contaminación también.
Central térmica de lignito de RWE, inaugurada en 2012 en la ciudad de Neurath (Alemania). |
La preocupación no es menor porque el precio de los permisos para emitir CO2 está baratísimo en el mercado, fruto de la notoria retracción industrial que padecemos en la UE. Los que fueron pensados para comercializarse a 20€, apenas se cotizan a 5€. Estos costos desfasados han provocado que la RWE (eléctrica germana) generara el 77% de su electricidad a partir de carbón en 2012, comparado con el 66% en 2011.
Es probable que este inesperado auge del carbón sea temporal, porque las centrales térmicas deberían acatar las fuertes reducciones que plantean las normativas europeas para 2016. O tal vez no, como indican los planes de construcción de una nueva central a base de carbón, por parte de la estatal sueca Vattenfall. De momento, el mutismo sobre el tema se contagia entre las energéticas y las autoridades europeas.
Los ministros españoles Soria (Industria, Energia y Turismo) y Montoro (Hacienda y Administraciones Publicas). |
Mientras tanto en nuestro país, el ministro Soria intenta maquillar el millonario déficit tarifario con créditos especiales solicitados por Hacienda, siguiendo las directivas del ministro Montoro, quien se ha mostrado muy reacio a castigar los históricos y exagerados privilegios que las renovables (Abengoa, Acciona y ACS) ostentan desde años atrás. El mercado energético español luce desquiciado, basado en un injusto sistema de tarifas que recae sobre los usuarios más débiles. No vemos a Soria acertando con el remedio adecuado y menos a Montoro, quien estuviera relacionado comercialmente con Abengoa desde el lobby Equipo Económico S.L. que él mismo fundara en 2006, y que tuviera a esta energética entre sus principales clientes de asesoría.
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