Escribe Marcelo Espiñeira.
El duque que ya no es duque y su mujer, la hija del rey que siempre se cae, pero también encuentra como levantarse, protagonizan la causa judicial más célebre de los últimos tiempos. El caso Noos responde al nombre de la institución con muchísimo ánimo de lucro que Iñaki Urdangarín y su socio Diego Torres utilizaron para enriquecerse de forma ilícita hasta 2006, y también es aquel que ha destapado una oscura trama que vinculaba la Casa Real con la fauna política balear y valenciana más encumbrada.
"No me dieron ninguna explicación ni yo la pedí porque al ser el yerno del Rey, trabajar en Telefónica, tener relación con la Generalitat Valenciana y pertenecer al comité olímpico, yo me fiaba". Con estas palabras realizó su descargo ante la policía, Eugenio Calabuig, presidente de Aguas de Valencia, en relación con los 375.000€ ingresados en una cuenta suiza destinados al abono de los servicios de asesoramiento, supuestamente realizados por nuestro Duque Empalmao, a dicha empresa.
El gran asesor de la Administración Pública, en los años que llovían euros hasta en los días soleados, acumula una cuantiosa colección de casos en los cuales sus servicios estaban enormemente sobrevaluados y otros en los que ni siquiera se detecta su sudor, tan solo su recompensa. El mismo fiscal de la causa ha calificado como "disparate" la retribución que Aguas de Valencia pagara al entramado de Urdangarín, quien se ha defendido admitiendo no haber "sacado ni un duro de este proyecto".
Tierra de abundancia
Duros más, duros menos, el exduque llegó a acumular un patrimonio inmobiliario de suma importancia, con palacete en Barcelona de 6 millones de euros incluido. Una demostración cabal de que su red de contactos e influencias funcionaba de manera aceitada en los feudos de Francisco Camps y Jaume Matas. Importantes caudillos regionales del Partido Popular, relacionados ambos con la generosa trama Gürtel que la justicia acaba de asociar con la contabilidad B de Bárcenas hecha pública en enero pasado. Va a ser cierto que todo tiene relación en esta vida.
Retomando en el tiempo las sospechosas actividades del que fuera duque de Palma, diremos que la apertura del caso "Palma Arena", relacionado con las costosísimos eventos desarrollados en este predio deportivo durante la gestión de Matas en las Islas Baleares, fue el inicio de los problemas de Iñaki.
En aquel entonces, el mismo Rey Juan Carlos y su equipo de asesores externos tiraron del Royal Photoshop, siempre a mano, para difuminar la larguirucha figura de su yerno manolarga, sometiéndolo a un forzado exilio americano. Corría agosto de 2009 cuando Urdangarín se estableció con su familia en la fría Washington, para poder ejercer la presidencia de la Comisión de Asuntos Públicos de Telefónica Latinoamérica. Importantísima misión que la Revista Hola cubriera con la precisión y el “rigor periodístico acostumbrado”.
A través de la investigación comenzada en 2006, a pedido del grupo socialista balear, salió a la luz la opaca adjudicación de contratos millonarios favorables al Instituto Noos, fachada del entonces duque y su socio Torres. El talón que Matas firmara para el dúo, alcanzó el 1,2 millón de euros por la supuesta organización del "Illes Baleares Forum", un evento que reunió a personajes del mundo académico, empresarial y deportivo, además de terminar costando un ojo de la cara a los contribuyentes. De este hilo comenzó a tirar el juez de la causa hasta dar con la frondosa madeja que acabaría en el gran escándalo que actualmente involucra a la Casa Real y compromete al mismísimo Rey Juan Carlos.
Ser un Borbón no tiene precio
A regañadientes, el espigado campeón de balonmano ha tenido que desnudar sus ingresos ante los jueces quienes finalmente decidirán algún día la pena correspondiente por sus cuantiosas tropelías.
Urdangarín dice haber cobrado 350.000 euros por año de Telefónica en su estancia norteamericana, además de los 200.000 que esta misma empresa le abonara en concepto de prima cuando regresó a España. Con La Caixa también mantenía excelentes relaciones comerciales. La entidad bancaria que preside Isidre Fainé le facilitó los cinco millones para que adquiriera su palacio en el exclusivo barrio de Pedralbes. Una hipoteca vulgar y silvestre, que además incluía cuatro años de carencia. Lo que se dice un contrato a la usanza, que cualquier asalariado podría conseguir un día de estos... Hay cosas que no tienen precio, ser un Borbón es una de ellas.
Como si los casi 8 millones de euros que la Casa Real tiene adjudicados en su presupuesto anual no alcanzaran para una vida digna, Iñaki Urdangarín pretendió vivir su estilo pijo a costa del herario público. La montaña de pruebas que acumula la causa judicial en su contra pone también en duda el verdadero papel de la Infanta Cristina, su esposa. Así como numerosos emails describen sin eufemismos la gestión del Rey Juan Carlos en operaciones que acababan beneficiando al Instituto Noos y desplumando a la víctima de turno.
La causa Noos ha barrido con cualquier halo positivo que pudiera preservar la Casa Real española luego de 38 años de apacible estabilidad monárquica. El manifiesto tráfico de influencias descubierto en este caso ha hecho tambalear los cimientos de esta institución y muchos creemos que resistir semejante barahúnda sin consecuencias penales sería un símbolo de impunidad.
Escasa condena
Desde el espacio político pocas voces han condenado los sucesos. Antonio Rubalcaba dijo sentirse comodísimo viviendo en una monarquía y apenas reclamó que Urdangarín sea tratado por la justicia como cualquier otro ciudadano. El popular González Pons, durante los días más calientes del caso, dijo creer en la justicia española y que “quien las hace las paga” (frase todoterreno en el entorno de su partido). La acosada Carme Chacón fue un poco más vehemente al respecto, cuando sugirió que “La Corona será transparente o será muy difícil que siga siendo”. Si bien la exministra de Defensa luce como un cadáver político luego del divorcio PSOE-PSC, por lo que debería relativizarse el efecto de sus declaraciones. Al igual que el poco creíble pedido de abdicación real lanzado por Pere Navarro. O los más esperables reclamos de IU o ICV, en frecuencia con sus convicciones republicanas.
La táctica del Rey es confiar en que los días transcurran y los demás casos de corrupción vayan sosegando cualquier tipo de presión hacia la monarquía. En cambio, Iñaki Urdangarín y su socio Diego Torres parecen tocados por la evidencia de las pruebas y difícilmente salgan indemnes de la misma. La incógnita radica ahora mismo en el alcance que esta trama pueda alcanzar o en la imputación de aquellos políticos que hayan actuado de manera fraudulenta.
Jaume Matas ya ha recibido una condena de 6 años de prisión por parte de la Audiencia de Baleares y espera su vista ante el Tribunal Supremo. Rita Barberá y Francisco Camps están al borde de la imputación por la trama Noos y los sobrepagos en los eventos en tierras valencianas que involucraban a ambas partes en contratos dudosos.
La justicia tiene sus tiempos, no se puede perder la prudencia en este sentido y nos queda confiar en al menos un correcto desenlace que consiga establecer la culpabilidad en estos gravísimos hechos. ¿Qué más si no?
El duque que ya no es duque y su mujer, la hija del rey que siempre se cae, pero también encuentra como levantarse, protagonizan la causa judicial más célebre de los últimos tiempos. El caso Noos responde al nombre de la institución con muchísimo ánimo de lucro que Iñaki Urdangarín y su socio Diego Torres utilizaron para enriquecerse de forma ilícita hasta 2006, y también es aquel que ha destapado una oscura trama que vinculaba la Casa Real con la fauna política balear y valenciana más encumbrada.
"No me dieron ninguna explicación ni yo la pedí porque al ser el yerno del Rey, trabajar en Telefónica, tener relación con la Generalitat Valenciana y pertenecer al comité olímpico, yo me fiaba". Con estas palabras realizó su descargo ante la policía, Eugenio Calabuig, presidente de Aguas de Valencia, en relación con los 375.000€ ingresados en una cuenta suiza destinados al abono de los servicios de asesoramiento, supuestamente realizados por nuestro Duque Empalmao, a dicha empresa.
El gran asesor de la Administración Pública, en los años que llovían euros hasta en los días soleados, acumula una cuantiosa colección de casos en los cuales sus servicios estaban enormemente sobrevaluados y otros en los que ni siquiera se detecta su sudor, tan solo su recompensa. El mismo fiscal de la causa ha calificado como "disparate" la retribución que Aguas de Valencia pagara al entramado de Urdangarín, quien se ha defendido admitiendo no haber "sacado ni un duro de este proyecto".
La princesa alemana Corinna, en el centro Urdangarín, el Rey Juan Carlos y su hija, la infanta Cristina. |
Tierra de abundancia
Duros más, duros menos, el exduque llegó a acumular un patrimonio inmobiliario de suma importancia, con palacete en Barcelona de 6 millones de euros incluido. Una demostración cabal de que su red de contactos e influencias funcionaba de manera aceitada en los feudos de Francisco Camps y Jaume Matas. Importantes caudillos regionales del Partido Popular, relacionados ambos con la generosa trama Gürtel que la justicia acaba de asociar con la contabilidad B de Bárcenas hecha pública en enero pasado. Va a ser cierto que todo tiene relación en esta vida.
Retomando en el tiempo las sospechosas actividades del que fuera duque de Palma, diremos que la apertura del caso "Palma Arena", relacionado con las costosísimos eventos desarrollados en este predio deportivo durante la gestión de Matas en las Islas Baleares, fue el inicio de los problemas de Iñaki.
En aquel entonces, el mismo Rey Juan Carlos y su equipo de asesores externos tiraron del Royal Photoshop, siempre a mano, para difuminar la larguirucha figura de su yerno manolarga, sometiéndolo a un forzado exilio americano. Corría agosto de 2009 cuando Urdangarín se estableció con su familia en la fría Washington, para poder ejercer la presidencia de la Comisión de Asuntos Públicos de Telefónica Latinoamérica. Importantísima misión que la Revista Hola cubriera con la precisión y el “rigor periodístico acostumbrado”.
El exduque en Washington. |
A través de la investigación comenzada en 2006, a pedido del grupo socialista balear, salió a la luz la opaca adjudicación de contratos millonarios favorables al Instituto Noos, fachada del entonces duque y su socio Torres. El talón que Matas firmara para el dúo, alcanzó el 1,2 millón de euros por la supuesta organización del "Illes Baleares Forum", un evento que reunió a personajes del mundo académico, empresarial y deportivo, además de terminar costando un ojo de la cara a los contribuyentes. De este hilo comenzó a tirar el juez de la causa hasta dar con la frondosa madeja que acabaría en el gran escándalo que actualmente involucra a la Casa Real y compromete al mismísimo Rey Juan Carlos.
Ser un Borbón no tiene precio
A regañadientes, el espigado campeón de balonmano ha tenido que desnudar sus ingresos ante los jueces quienes finalmente decidirán algún día la pena correspondiente por sus cuantiosas tropelías.
Urdangarín dice haber cobrado 350.000 euros por año de Telefónica en su estancia norteamericana, además de los 200.000 que esta misma empresa le abonara en concepto de prima cuando regresó a España. Con La Caixa también mantenía excelentes relaciones comerciales. La entidad bancaria que preside Isidre Fainé le facilitó los cinco millones para que adquiriera su palacio en el exclusivo barrio de Pedralbes. Una hipoteca vulgar y silvestre, que además incluía cuatro años de carencia. Lo que se dice un contrato a la usanza, que cualquier asalariado podría conseguir un día de estos... Hay cosas que no tienen precio, ser un Borbón es una de ellas.
Como si los casi 8 millones de euros que la Casa Real tiene adjudicados en su presupuesto anual no alcanzaran para una vida digna, Iñaki Urdangarín pretendió vivir su estilo pijo a costa del herario público. La montaña de pruebas que acumula la causa judicial en su contra pone también en duda el verdadero papel de la Infanta Cristina, su esposa. Así como numerosos emails describen sin eufemismos la gestión del Rey Juan Carlos en operaciones que acababan beneficiando al Instituto Noos y desplumando a la víctima de turno.
La famosa foto de la inoportuna cacería de elefantes del Rey Juan Carlos. |
La causa Noos ha barrido con cualquier halo positivo que pudiera preservar la Casa Real española luego de 38 años de apacible estabilidad monárquica. El manifiesto tráfico de influencias descubierto en este caso ha hecho tambalear los cimientos de esta institución y muchos creemos que resistir semejante barahúnda sin consecuencias penales sería un símbolo de impunidad.
Escasa condena
Desde el espacio político pocas voces han condenado los sucesos. Antonio Rubalcaba dijo sentirse comodísimo viviendo en una monarquía y apenas reclamó que Urdangarín sea tratado por la justicia como cualquier otro ciudadano. El popular González Pons, durante los días más calientes del caso, dijo creer en la justicia española y que “quien las hace las paga” (frase todoterreno en el entorno de su partido). La acosada Carme Chacón fue un poco más vehemente al respecto, cuando sugirió que “La Corona será transparente o será muy difícil que siga siendo”. Si bien la exministra de Defensa luce como un cadáver político luego del divorcio PSOE-PSC, por lo que debería relativizarse el efecto de sus declaraciones. Al igual que el poco creíble pedido de abdicación real lanzado por Pere Navarro. O los más esperables reclamos de IU o ICV, en frecuencia con sus convicciones republicanas.
La táctica del Rey es confiar en que los días transcurran y los demás casos de corrupción vayan sosegando cualquier tipo de presión hacia la monarquía. En cambio, Iñaki Urdangarín y su socio Diego Torres parecen tocados por la evidencia de las pruebas y difícilmente salgan indemnes de la misma. La incógnita radica ahora mismo en el alcance que esta trama pueda alcanzar o en la imputación de aquellos políticos que hayan actuado de manera fraudulenta.
Jaume Matas ya ha recibido una condena de 6 años de prisión por parte de la Audiencia de Baleares y espera su vista ante el Tribunal Supremo. Rita Barberá y Francisco Camps están al borde de la imputación por la trama Noos y los sobrepagos en los eventos en tierras valencianas que involucraban a ambas partes en contratos dudosos.
La justicia tiene sus tiempos, no se puede perder la prudencia en este sentido y nos queda confiar en al menos un correcto desenlace que consiga establecer la culpabilidad en estos gravísimos hechos. ¿Qué más si no?
Muy buena tu nota, te felicito por tu trabajo!!!
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