Escribe Xavi Queralt Pons.
Su nombramiento al frente de la mejor plantilla del FC Barcelona de todos los tiempos, sorprendió a muchos. Gerardo “Tata” Martino (Rosario, 1962) podía ser un perfecto desconocido para el aficionado europeo medio, aunque ya hubiera triunfado previamente en Sudamérica.
Tras protagonizar dos nuevos triunfos en su regreso a Ñuls, acabó su carrera en el Barcelona de Ecuador. ¿Otro guiño del destino? Al cabo de dos años ya estaba dirigiendo a un humilde club de las profundas ligas argentinas, el Brown de Arrecifes. En 2002, llegaría su primera gran oportunidad laboral: el Libertad paraguayo, donde ganó 5 títulos seguidos. Luego pasó al Cerro Porteño (paraguayo) y también se consagró campeón 3 veces. Finalmente fue contratado como seleccionador del Paraguay que llegó a Sudáfrica, para acabar vencido por España en un emocionante duelo de cuartos de final.
En el Barça ya ha entrado en la historia, firmando el mejor comienzo liguero blaugrana con 8 victorias. Su perfil bonachón, dialogante y alejado de toda postura estelar ha cautivado al exigente entorno del club. En las ruedas de prensa ahora se habla de futbol, de estilos, de diferentes planteamientos y poco más. El Tata ha entendido el rol que mejor podría desempeñar en esta trama, el del Gran Restaurador, recuperando la agresividad perdida por el equipo durante las últimas dos temporadas, administrando un vestuario de gala con sutileza y dando minutos a todos sus integrantes. Martino se ha propuesto que el Barça no sea el mismo todos los partidos y de a poco lo está consiguiendo. Su discurso se ha interpretado con rápidez y eficacia. Los goles van llegando, el primer clásico ya se ha ganado y los títulos caerán por decantación.
Su nombramiento al frente de la mejor plantilla del FC Barcelona de todos los tiempos, sorprendió a muchos. Gerardo “Tata” Martino (Rosario, 1962) podía ser un perfecto desconocido para el aficionado europeo medio, aunque ya hubiera triunfado previamente en Sudamérica.
Como jugador, su clase de mediocampista con marca y visión de juego marcó una época en el futbol argentino, dejando huella en el Newell´s Old Boys que fuera su academia. Allí jugó desde su debut en primera (1980) durante diez años consecutivos y luego de consagrarse campeón, fue adquirido por el Tenerife. El destino quizo que se estrenara en el Camp Nou, transformado ahora en su hogar. Su fugaz paso por Europa se saldó con un único gol marcado al Sevilla en la temporada 1991, pero habría revancha.
Tras protagonizar dos nuevos triunfos en su regreso a Ñuls, acabó su carrera en el Barcelona de Ecuador. ¿Otro guiño del destino? Al cabo de dos años ya estaba dirigiendo a un humilde club de las profundas ligas argentinas, el Brown de Arrecifes. En 2002, llegaría su primera gran oportunidad laboral: el Libertad paraguayo, donde ganó 5 títulos seguidos. Luego pasó al Cerro Porteño (paraguayo) y también se consagró campeón 3 veces. Finalmente fue contratado como seleccionador del Paraguay que llegó a Sudáfrica, para acabar vencido por España en un emocionante duelo de cuartos de final.
En el Barça ya ha entrado en la historia, firmando el mejor comienzo liguero blaugrana con 8 victorias. Su perfil bonachón, dialogante y alejado de toda postura estelar ha cautivado al exigente entorno del club. En las ruedas de prensa ahora se habla de futbol, de estilos, de diferentes planteamientos y poco más. El Tata ha entendido el rol que mejor podría desempeñar en esta trama, el del Gran Restaurador, recuperando la agresividad perdida por el equipo durante las últimas dos temporadas, administrando un vestuario de gala con sutileza y dando minutos a todos sus integrantes. Martino se ha propuesto que el Barça no sea el mismo todos los partidos y de a poco lo está consiguiendo. Su discurso se ha interpretado con rápidez y eficacia. Los goles van llegando, el primer clásico ya se ha ganado y los títulos caerán por decantación.
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