Una entrevista de Marcelo Espiñeira.
Desde la edición de su último disco “Infierno” (2007), los Rocola Bacalao lograron hacerse un nombre y un lugar respetado en el mapa del rock latino. Por potencia, originalidad e indiscutida capacidad creativa, los nueve integrantes del grupo quiteño merecen este espacio nuevo para un hasta ahora desconocido rock ecuatoriano. Ya acumulan un par de giras europeas, y en agosto pasado tocaron en la Barceloneta. Allí pudimos dialogar con tres de sus integrantes.
El disco cumplió con creces, abrió puertas.
Miguel: Sí, estamos viendo sus frutos. La cosa era dar un pasito hacia un lugar más profesional y con todo lo que eso demanda. Recursos, tiempo, producción.
Y por qué la elección de Tweety?
José: Barajamos varios nombres, pero nos quedamos con Tweety porque nos gustaban sus trabajos previos con Illia Kuryaki. Además porque es un buen productor y un gran ingeniero de mezcla también.
Miguel: Su fuerte está en la consola, en la post-grabación, digamos. Es muy bueno en la mezcla de la grabación.
Quiénes son los compositores en Rocola Bacalao?
José: Hay tres compositores principales. Miguel que toca teclados y saxo tenor, Paolo que es el bajista e Iván que es el guitarrista.
Miguel: El 70% lo traemos montado y la banda termina de darle forma. Y en ese rato que estamos todos tocando se termina de dar forma a todas las canciones, que luego terminan mutando en las giras. Y todo el repertorio está en continuo movimiento. Hacer un jamming entre nueve es maldito, necesitas establecer algunas jerarquías para organizarlo porque sino se desmadra.
Cómo es la escena del rock en Ecuador?
José: Está en lento, constante y seguro crecimiento. Desde hace unos quince años que no ha parado de crecer. Y desde hace seis o siete ha empezado a notarse más. Hay más gente que se anima a armar una banda con sus amigos, con sus vecinos, y a componer sus propias cosas.
Miguel: Quito es un polo muy grande en este sentido. Y creo que tiene mucha relación con el surgimiento de la escuela de música de San Francisco. De ahí han salido muchas bandas y cambió el panorama.
Y que respuestas encuentran en el publico de vuestro país?
Miguel: Ahí es donde se está dando un cambio importante. Hace unos años atrás, cualquier intento de una banda local causaba mucho rechazo. El público solo oía música del mercado americano, y si cantabas en español ya no funcionabas. Eso ha cambiado mucho ahora.
José: También sucedía que no había bandas ecuatorianas con las que uno pudiera identificarse demasiado. Cuando yo era chamo, había pura mierda.
Y cuál es el mainstream allí?
Miguel: Pop romanticón, una onda Maná. De hecho, los Maná han hecho de Quito una de sus plazas fuertes.
José: Arjona va una vez al año. Esa es la demanda de la mayoría de la población. O algunos grupos argentinos no tan buenos, como Vilma Palma o Los Enanitos Verdes. Va Chayane y llena. Y Café Tacuba va y no llena. No es un público que tome muchos riesgos.
Desde la edición de su último disco “Infierno” (2007), los Rocola Bacalao lograron hacerse un nombre y un lugar respetado en el mapa del rock latino. Por potencia, originalidad e indiscutida capacidad creativa, los nueve integrantes del grupo quiteño merecen este espacio nuevo para un hasta ahora desconocido rock ecuatoriano. Ya acumulan un par de giras europeas, y en agosto pasado tocaron en la Barceloneta. Allí pudimos dialogar con tres de sus integrantes.
Qué perseguían cuando grabaron “Infierno”?
José: Queríamos hacer un disco que pudiera ser bueno de verdad. Que estuviera a la altura de los standares mundiales. Eso implicaba tener en cuenta dos aspectos. Por un lado, disponer de la técnica adecuada. Algo que nos aportó Tweety González. Y por nuestro lado, era sacarnos la madre ensayando, componiendo y haciendo un esfuerzo sistemático de verdad. Creo que el disco logró internacionalizar la banda. Y gracias a lo bueno que quedó es que pudimos girar por Colombia, por Europa, y que en noviembre próximo también estaremos por Argentina. El disco cumplió con creces, abrió puertas.
Miguel: Sí, estamos viendo sus frutos. La cosa era dar un pasito hacia un lugar más profesional y con todo lo que eso demanda. Recursos, tiempo, producción.
Y por qué la elección de Tweety?
José: Barajamos varios nombres, pero nos quedamos con Tweety porque nos gustaban sus trabajos previos con Illia Kuryaki. Además porque es un buen productor y un gran ingeniero de mezcla también.
Miguel: Su fuerte está en la consola, en la post-grabación, digamos. Es muy bueno en la mezcla de la grabación.
Quiénes son los compositores en Rocola Bacalao?
José: Hay tres compositores principales. Miguel que toca teclados y saxo tenor, Paolo que es el bajista e Iván que es el guitarrista.
Miguel: El 70% lo traemos montado y la banda termina de darle forma. Y en ese rato que estamos todos tocando se termina de dar forma a todas las canciones, que luego terminan mutando en las giras. Y todo el repertorio está en continuo movimiento. Hacer un jamming entre nueve es maldito, necesitas establecer algunas jerarquías para organizarlo porque sino se desmadra.
Cómo es la escena del rock en Ecuador?
José: Está en lento, constante y seguro crecimiento. Desde hace unos quince años que no ha parado de crecer. Y desde hace seis o siete ha empezado a notarse más. Hay más gente que se anima a armar una banda con sus amigos, con sus vecinos, y a componer sus propias cosas.
Miguel: Quito es un polo muy grande en este sentido. Y creo que tiene mucha relación con el surgimiento de la escuela de música de San Francisco. De ahí han salido muchas bandas y cambió el panorama.
Y que respuestas encuentran en el publico de vuestro país?
Miguel: Ahí es donde se está dando un cambio importante. Hace unos años atrás, cualquier intento de una banda local causaba mucho rechazo. El público solo oía música del mercado americano, y si cantabas en español ya no funcionabas. Eso ha cambiado mucho ahora.
José: También sucedía que no había bandas ecuatorianas con las que uno pudiera identificarse demasiado. Cuando yo era chamo, había pura mierda.
Y cuál es el mainstream allí?
Miguel: Pop romanticón, una onda Maná. De hecho, los Maná han hecho de Quito una de sus plazas fuertes.
José: Arjona va una vez al año. Esa es la demanda de la mayoría de la población. O algunos grupos argentinos no tan buenos, como Vilma Palma o Los Enanitos Verdes. Va Chayane y llena. Y Café Tacuba va y no llena. No es un público que tome muchos riesgos.
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