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ZAHARA, mucho más que una chica pop.

Desde cierta distancia el mundo de Zahara (Ubeda, 1983) parece naive, mágico y hasta un privilegio. Ella es jóven, talentosa y escribe canciones tremendamente bonitas. Tiene muchos admiradores, viaja sin parar y da conciertos entre globos, confeti y golosinas.


Pero, y siempre los hay, esta niña prodigio también tiene sus fantasmas. La soledad, el desarraigo y la tristeza se cuelan en sus maletas, aunque nadie las haya invitado, convirtiéndose en la cruz de una vida de sueños acariciados.

Enérgica, alérgica (no paró de gastar kleenex durante una hora de entrevista), sensual, y con la cabeza muy bien amueblada, Zahara no duda en usar su bella voz para contarnos mucho de lo que se siente cuando uno es una chica pop.



Una entrevista de Marcelo Espiñeira.

Qué expectativas te ha cubierto la edición de tu primer disco, a más de un año de aquella fecha?
ZAHARA: Yo esperaba algunas cosas de este disco, y he obtenido otras. Ni mejores, ni peores. Antes de grabarlo pensaba que iba a tener un camino tranquilo y luego terminaron sucediendo cosas, como verme en televisión con La Vuelta ciclista, que era algo que no solo no esperaba, sino que me parecía que era muy grande para mi. Se generó cierta expectación a raíz de tanta exposición mediática y por suerte todo ha vuelto a su cauce, a algo más relajado.

Lo mejor ha sido poder reunir a una banda estupenda y poder tocar con ellos. Lo de La Vuelta ha sido algo anecdótico. Y yo me lo tomo como un premio que le sirve más a mi familia que a mi. Para ellos es un logro. Para mi lo más bonito es estar tocando, que venga gente, o encontrarme con músicos que me admiran. Pero, mi familia que no puede vivir conmigo ese día a día, se dan cuenta de que voy bien por que he salido en la tele.

Este reconocimiento alimenta el orgullo de todo padre.
Claro, para mi el triunfo es mucho más pequeño, es tocar y ver la cara de la gente. Pero ahora cuando voy a mi pueblo soy “la que sale en la tele”. (se ríe).


Hablando de observar el rostro de las personas, eres de mantener un contacto bastante cercano con tus admiradores?
Sí, me parece fundamental. Ahora tengo menos tiempo, porque mi vida es un poco caos. (se ríe). Estoy todo el día fuera, si no estoy tocando, estoy grabando o ensayando, no duermo dos días seguidos en el mismo sitio, entonces no tengo tanto tiempo como antes, cuando me sentaba todas las mañanas y me ponía a contestar los mensajes por internet. Pero sí que lo hago siempre que puedo.


Hoy que red social te tocaba atender?
(Se ríe). Hoy estaba con Twitter. (risas). Creo que hay que estar ahí con la gente. Si haces un trabajo de cara al público y trabajas con canciones que hablan de relaciones, con un material muy sensible; entonces cuando te subes al escenario ellos reciben eso, y mantener esa relación me parece básico. Porque puedes elegir no compartir tus canciones y quedarte en tu casa y punto. Pero cuando tienes esta necesidad de compartirlo, me parece bonito mantenerlo y conocer un poco a la otra persona. Es imposible conocer a todo el mundo, menos a los 30mil amigos del Myspace...(risas). Pero a mi misma me sorprende que conozco a muchísimos fans por su nombre. (risas)


No te inquieta que quieran saberlo todo de ti?
En general no, porque yo doy lo que doy. Yo puedo contar muchas cosas de mi, de mi día a día, pero de lo que realmente me sucede la gente sabe lo que tiene que saber y punto. Sí, que en los últimos tiempos me he encontrado con gente que por falta de afecto o por alguna carencia, vuelca toda su energía o todo su cariño en mi y hay veces que me siento demasiado responsable. Y no puedo asumir esas responsabilidades. Puedo intentar ser amable, conocerles, pero no puedo ser la amiga de todas las personas que me escuchan cantar. No puedo ser tu amiga...no soy amiga ni de mis mejores amigos, porque no los veo nunca, no puedo hacer más amigos, no me queda tiempo.


Habrá ocasiones en las que puedas decepcionar.
Sí, cuento con ello. No puedo cargar con todo el mundo. Intento ser agradable, porque creo que bastante mierda tenemos continuamente como para agregar. La actitud esta de, como yo digo, del “palo en el culo”...parece que les molesta salir a tocar a algunos músicos. (risas) Si estás haciendo lo que más te gusta en la vida, no pasa nada, pues relájate y disfrútalo. Pero gustar a todo el mundo es imposible, si alguien se me decepciona... bueno lo siento. Me interesan más las opiniones de los que se involucran en cómo salieron los conciertos, que sienten un poco que el disco es suyo. Pero los que se decepcionan con mi persona, cuando recibo mensajes del tipo “Oye te he escrito cuatro veces y no me has contestado”. Le doy al “eliminar”, sabes? Ni me lo planteo. (risas).



Se dice que los artistas escriben las canciones y que luego estas terminan perteneciendo a la gente. Estás de acuerdo?
Sí, a veces ya ni cuento lo que originó las canciones, porque la gente tiene su propia película y prefiero respetarla. Las canciones no puedes dominarlas, una vez las sueltas son como los hijos cuando se hacen mayores.


Con tanto rodaje por diferentes escenarios, ya serás una experta, no?
Sí, salir a tocar y ponerme nerviosa no me ayuda. Entonces digo...”saldré y haré lo que mejor se hacer” y voy a disfrutarlo. Y una vez aprendes que el error forma parte de la actuación, de que equivocarse es algo que va a pasar...te liberas. E inmediatamente disfrutas, no sabía que fuera tan fácil como eso. Algo siempre te puede pasar. En octubre pasado, dimos un concierto alucinante en Alicante. Y al otro día en Murcia...todo era un caos, teníamos problemas técnicos, se me rompió una cuerda, el delay no cortaba, no sonaba la guitarra del otro, ya estaba atacándome “por favor que acabe este concierto ya”... Y cuando comienzo el último tema “Con las ganas”, la gente se puso a cantar, tapaban mi voz y se me ocurrió hacer una reverencia, y me terminé pegando una hostia con el micrófono...(se ríe a carcajadas).

Se me hace que eres un pelin perfeccionista, una especie de niña prodigio...
(Se ríe) De pequeña siempre fui muy inquieta. No solo inquietudes creativas, sino intelectuales y era muy ambiciosa. O muy envidiosa? Veía a la gente que sabía hacer algo y decía “yo quiero hacer eso también”.


Eras una hija única de las consentidas?
No que va...me educaron super bien. (risas) me estropeé yo sola. Me crié con mi prima porque toda la familia compartía piso. Entonces ella ha sido siempre como mi hermana. Heredaba su ropa, me llevaba al colegio de la mano. He tenido lo bueno de tener una hermana y lo bueno de ser hija única. Pero sí que soy un poco maniática, como siempre lo he hecho yo todo, al final cuesta mucho delegar. Tengo amigos que me dicen...”tienes el trabajo perfecto. Se llama Zahara, como tu. Y le mandas a todo el mundo”...(se ríe). Un poco es eso. Pero es cierto que en la banda todos participan y aportan ideas. Me dan consejos, me sugieren, pero las decisiones finales las tomo yo. No creo que ningún grupo de música pueda funcionar como una democracia. Siempre hay alguien que tira del carro. Como en los grupos de trabajo en el cole, donde hay un pringao que hace todo por el resto.

Se como quiero las cosas y lo intento, simplemente. Igual en mis músicos confío plenamente y me hacen plantear mis ideas permanente. Eso es bueno en cualquier trabajo, tener un feedback positivo. Si tengo un tema nuevo, se los enseño con respeto porque sus opiniones son muy valiosas para mi. Y si no les gusta..vuelvo a casa preguntándome como he podido componer esto... (risas).

No es bueno rodearse de gente que te haga la pelota todo el tiempo, verdad?
No sirve de nada. Mi padre era el más crítico. Cuando llegaba de los conciertos, venía y me decía: “has estado nerviosa, no? has desafinado aquí y allí”... Y yo salía eufórica del concierto y me daban caña... Siempre he tenido más gente que me ha dicho lo que he hecho mal que de las otras. A veces, todo lo que te dicen tus fans no acabas de creertelo, porque la incondicionalidad existe. Y hay noches que has estado horrible y hay gente que viene enloquecida. Entonces te planteas si les gusta tu música o el personaje o lo que creen que soy.

Seguro siempre habrá gente que solo se quede con lo bonita que sales en las fotos.
Sí, y principalmente por eso deja de escucharte. A veces, te abre una puerta un poco rara, es gente que solo se queda con la imagen y puede pasar. Cuando nos dedicamos a esto, ya no solo hacemos música. Cuando tu vas al supermercado y ves dos manzanas, eliges la que luce mejor, la que parece más apetitosa. A todo el mundo le gusta lo bonito. Entonces cuidar la estética o intentar salir al escenario cuidada o agradable me parece fundamental. Cuidar las fotos y todo esto me parece muy bien. Que haya gente que se quede con solo eso y no oiga las canciones... puede pasar. Y hay otros, que ni quieren oirte por tu aspecto. El ser humano es así, no puedes luchar contra los prejuicios. Yo creo que una buena foto puede ayudarte a que más personas lleguen a tu música y no me parece mal, todo lo contrario. Por eso es importante definir la estética para atraer al tipo de personas que crees puede gustar de lo que haces. Al fin y al cabo todo es jugar a lo mismo, a intentar cerrarlo todo. Intentar unir todo y que tenga un sentido.


Te preocupa mucho lo que pensemos de ti. Por ejemplo con tu segundo disco?
No, me considero bastante libre. En el proceso de grabación del primer disco he aprendido mucho, y ahora siento que tengo más claro lo que busco y como comunicarlo. Para este segundo disco lo tengo clarísimo. Quiero que se parezca al directo. Muchos me dicen, y lo comparto, que el directo mejora mis canciones. Por eso creo que a la gente que me conoce de verdad, el próximo disco le gustará. Y si no, no cambiaría mi opinión. No creo que los discos se deban hacer en función de lo que la gente espera. Otra cosa es que uno los haga para la gente, para mostrárselos y para venderlos, por supuesto. Porque parece que nos tenemos que avergonzar de querer vivir de la música, no?


Sólo te pediría que mantengas esa poesía delicada, que me parece guapísima.
Que guai.. gracias. A mi me parece que el arte de las canciones es contar cosas complejas de una manera sencilla. Al principio buscaba soluciones complicadas, pero luego también aprendí que si haces un ejercicio de sinceridad y de honestidad, te va a doler un poquito pero es lo único que servirá finalmente.


Concebir este segundo disco, te está dando más vértigo que con el primero?
No, con el primero tuve momentos de verdadero pánico. Pasé por muchos estados, me volví loca...(se ríe). Yo tenía mis maquetas en internet y mucha gente se había acostumbrado a ellas. Y tenía miedo, sabía que iba a decepcionar a todo el mundo. Había mucha “maquetitis”.

Ahora estoy más enriquecida que antes y más segura. Que a lo mejor hago un disco peor...(risas) Esas cosas suceden...

Has dejado el listón bien alto...
Gracias... Yo creo que será como mínimo bonito. Igual será un poco menos optimista que el primero, donde las canciones ya tenían cuatro o cinco años y el disco resultó un poco como un “grandes éxitos”, con aquellas que yo sabía que funcionaban mejor. Y este disco nuevo retratará más este momento.


Seguro hablarás de giras y de periodistas en tus canciones...
(Se ríe) Pues mira...algunas canciones que estoy haciendo son muy narrativas. (Risas)...Hablarán de eso, de carreteras sobre todo, de mi banda, y es un poco más triste en general. Porque viajar tanto y dedicarte a lo que te gusta también me ha dado a entender que no podré dejar de trabajar en la vida. No es hacer carrera y luego relajarse. Esto es algo en lo que logras mantenerte solo si estás ahí las veinticuatro horas. No tienes un momento de paz, porque cuando estás descansando estás pensando en como harás aquella canción, cómo va tal cosa en la gira, que te vas a poner para el concierto. Nimiedades como “oh, no me he comprado un pintalabios”, hasta el repertorio, el ensayo, donde dormiremos, tengo una entrevista, terminar aquel tema nuevo, y no descansas...Y me he dado cuenta que esto va a peor.

Has elegido una mala época para ser una chica pop.
Malísima...(carcajadas)

Qué envidia te dará Madonna, que con las ventas de su primer disco ya se podría haber retirado...
Sí...eran otras épocas... Hace unos días hablaba con uno de los Sidonie, que ya llevan cinco discos y tienen muchísimo más éxito que yo, y me contaba que no pueden parar, que tienen que estar ahí todos los días...Te da una sensación de ufff, esto no va a acabar en la vida. (risas) Me dicen qué a dónde te vas de viaje? Y les digo... no me hables de viajes, no quiero saber nada de furgo, tren, avión, autobus, metro, nada...Me he tomado dos días en la montaña, sin hacer nada, y cuando regresé tenía cuarenta y cinco emails importantes para responder...No puedo abandonarme a mi suerte...

Para el que produce arte este es un momento complicado.
Sí, y si haces lo que te gusta, no tienes derecho a quejarte. ¿Es lo que querías, no? Sí.. vale, pero yo no quería no dormir, no saber donde voy a comer, no tener amigos porque no puedo verlos, no quería esto...Yo quería hacer canciones, tocar... (se ríe) La parte negativa es enorme en esto. Lo que pasa es que la positiva por poco espacio que ocupe es tan intensa...que eclipsa todo lo demás.

El problema es que un día me canse, porque he conocido a músicos que me han dicho que “ya no compensa”. No compensa estar fuera de casa cuatro días, dormir dos en mi cama, te planteas si tendrás familia alguna vez...
Yo he sido tía recientemente y digo: “joder y cómo voy a tener yo un niño?”...Ya me veo entre la guitarra y el hijo...me lo llevaré de gira. Este es un tipo de vida bastante solitaria, a pesar de ser muy efusiva y que parece muy social. Parece que estuviéramos siempre rodeados, pero es mentira, hay una soledad tremenda en esto de andar de aquí para allá. Te acaba afectando. He tenido días de levantarme en Barcelona, comer en Madrid, cenar en Granada e ir a dormir a Ubeda. Y estar en cuatro ciudades distintas en menos de doce horas. O una vez, en treinta y seis horas, estuve en ocho ciudades. Haciendo cosas, no es que pasaba por ellas. Entrevistas, reuniones, fotos, conciertos, dormir, comer. Me levantaba y decía “dónde coño estoy?”. No sabía ya si me tocaba comer, si me tocaba dormir. Cuando tienes un bolo acabas a las cinco de la mañana en tu casa, y no por estar de marcha. Y terminas reventada, casi no duermes. Y como siga hablando de esto.. me voy a poner a hacer otra carrera...(risas)



Estás a tiempo todavía...
Sí, no? Me voy a dedicar a la investigación científica... (carcajadas).






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