El periodista y escritor Tom Dieusaert (Bélgica, 1967) ha hecho el viaje inverso a tantos latinoamericanos que hoy viven en Europa. Recaló en México en 1997 y allí se quedó unos cuantos años viviendo de la corresponsalía para medios belgas.
En 2003 cambió bastante su vida, lo dejó su novia, y decidió hacer un viaje solitario con un Volskwagen escarabajo desde México hasta Buenos Aires. Un coche, algunas pertenencias,
su libreta de anotaciones y la aventura. Mucha aventura lo esperaba. La de un belga cruzando Latinoamérica para conocer gente, lugares maravillosos y no tanto, y escribir un libro con todo ello. “Los diarios del Vocho”, un relato de viajes, casi una novela, escrita con mucha simpatía, inteligencia y desparpajo.
Una entrevista de Marcelo Espiñeira.
Cómo ha sido el plan original de tu viaje por el continente americano?
TOM DIEUSAERT: Yo vivo en América Latina desde 1996, cuando me fuí a México como corresponsal para medios de Bélgica y Holanda. Luego, en algun momento tuve que cambiar de sitio y decidí hacer el viaje por tierra para poder escribir un libro.
Habías estado previamente en el resto de países que describes en tu libro?
Conocía Centroamerica hasta Honduras, y luego algo de Colombia, Perú y Argentina, donde había estadoen otros viajes por otros reportajes.
Pero, digamos que de manera más superficial...
Sí, admito que en este viaje también conocí los países superficialmente, porque en cada uno me quedaba solo dos semanas.
Pero, creo que la mirada fresca es justamente lo que hacen los relatos de viaje. Por eso, por ejemplo, a mi me gusta leer cosas sobre Bélgica escritas por extranjeros. Ven otras cosas.
Qué medio elegiste para tus desplazamientos y por qué?
Lo hice todo en un Volkswagen "escarabajo" usado. Porque me parecía un desafío a la modernidad, y también a los estandares de tecnología que te quieren imponer. O sea, todo digital. Que, al final, limitan tu libertad, porque sin el ordenador no arreglan nada.
A nivel práctico es un vehículo barato y simple, muy difundido en México, Centroamérica, Perú o Brasil. Así que imaginé que me sería fácil conseguir recambios y además baratos.
Una amiga “bicicletera” me quiso convencer que haga el viaje en bici...me hubiese encantado, pero hubiese sido un reto deportivo más que la escritura de un libro.
Cuál fue tu primer contratiempo serio en este viaje?
Bueno, antes del viaje...mi novia me dejó y se fue con otro. Se fue con un argentino a Buenos Aires. Lo malo era que yo iba a Buenos Aires también, justamente hacia donde no quería ir (se ríe). Pero, bueno... son cosas de la vida.
Luego me robaron cosas del auto en Guatemala, todos mis cds, un mini disc...Más que dinero, uno sabe lo que representa la colección de música...
Con respecto a tu ex-novia, supongo que habrás tenido revancha en el camino?
De eso no te puede decir nada...Está todo en el libro (se ríe).
Dime, qué esperabas encontrar en el camino?
Nada, estaba abierto a experiencias y las iba apuntando conforme se presentaban. De forma empírica, para decirlo. Cuando salí estaba leyendo a los escritores de la generación beat. Burroughs, Kerouac, y quizás por eso la mirada fue bastante distante, irónica, un poco sarcástica.
Quizás también para romper un poco con la tradición de los folletos turísticos que ponen que todo en América Latina es maravilloso.
A mi me interesaban ciertas cosas, como la etnia zapoteca en México. Por su matriarcado, y la forma en que logran preservar su lengua y cultura.
Obviamente en un viaje donde pasas volando no te da para realizar un estudio antropológico, pero uno trata de hacer lo que pueda con el material que se le presenta.
Entonces, el relato de viaje para mi consistió en descripciones de los personajes que crucé en el camino y en ver que decía esto sobre un país, su historia y su cultura.
Aquello del matriarcado mexicano, sí que suena realmente exótico...
Sí, en ese lugar las mujeres mandan.
Suena increible, por esta fama machista que envuelve a México...
Mira... creo que el machismo tiene varias facetas. Uno utiliza el término machista para todo e incluso cuando un tío en un bar cuando le habla a una chica buscando ligar es un "macho" también. Aunque en la cultura occidental al hombre le toca siempre este trabajo sucio. Quiero decir que a mi las chicas nunca me hablan en un bar. Desafortunadamente (se ríe)...
Más allá de las bromas, creo que existe una cierta misoginia en México. En general, es cierto que la mujer está considerada en un escalón más bajo. No puede opinar mucho y es más servil que los hombres.
Con la policía cómo te has llevado?
Sin problema alguno. Generalmente eran amables, especialmente en Colombia. En Perú me querian sacar dinero pero no insistían y eran amables también. Creo que tiene que ver con el “escarabajo”, les parecía simpático, o que andar en uno de estos signifique que no tienes mucho dinero.
En Panamá si que tuve un problema con un policía. Fue algo raro, porque era un policía para turistas. Allí me detuvieron para sacarme dinero.
A veces, uno en América Latina siente un racismo a la inversa. Es decir, que escuchan un acento extranjero y ya te están mirando con signos de euros en sus ojos.
Un amigo irlandés de México, lo llamaba el “gringo-tax”, es el arancel que te toca por ser extranjero.
Qué belleza natural, qué paisaje no olvidarás jamás?
En Nicaragua, bordeando el lago Nicaragua y ver la isla Ometepe en el agua, todo cubierta por la niebla. Los bosques y la costa de Costa Rica, las islas San Blas en Panamá. La región entre Ayacucho y Abancay en Perú.
O el sureste de Bolivia, Villamontes, Ibibobo, el Chaco...
Dónde has conectado mejor con la gente?
Nicaragua me gustó porque, aunque es bastante pobre, la gente es relajada y hospitalaria, sin aparentes prejuicios. Los colombianos me gustaron en varios aspectos y luego con los peruanos también tenía buen trato, son parecidos en sus costumbres a los mexicanos.
Dormías en hoteles?
No siempre, también en mi tienda, en la hamaca, con gente en el campo o en hostales en las ciudades.
Volverías a realizar este viaje en condiciones similares?
No, haría un viaje más corto en kilómetros. Me gustó hacer éste para tener un pantallazo de todo el continente, pero ya está bien.
El viaje duró casi seis meses. El libro lo escribí en diez meses. Hablo de la version original en flamenco. Y la traducción al castellano me demandó otros tres años.
Esta experiencia te ha servido para sacarte algunos tópicos de encima?
Creo que la mala fama de Colombia no está justificada para nada. Creo que esta imagen pronto se irá ajustando más a la realidad.
Quieres decir que no es un lugar violento y qué se puede visitar con tranquilidad?
Exactamente. El problema anteriormente era que la situación del conflicto armado pesaba mucho sobre el turismo. Porque, a veces, había retenes en las carreteras y secuestraban a extranjeros por igual.
Hoy en día, uno puede andar tranquilo por las carreteras colombianas. Eso sí, cuidándose de los borrachos porque los colombianos le dan duro al aguardiente...(se ríe).
El libro de Tom Dieusaert, "El diario del Vocho" (Ed. Prensa Nueva), se consigue en Librería Altair de Barcelona (Gran Vía, 616).
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