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YO, SOLA. ¿Qué sucede con las parejas? Entrevista con Verónica Pallini.


Probablemente envuelta en ese halo de existencialismo que suele atraparnos a los adultos cuando cruzamos los cuarenta, la actriz argentina Verónica Pallini (directora del espacio teatral Porta 4) ha decidido preguntarse por qué fracasamos tanto en el amor de pareja.


La soledad, la falta de una buena comunicación y los mil y un intentos por atrapar a un esquivo príncipe azul, sientan las bases para que la versátil Pallini construya esta interesantísima pieza teatral en formato de monólogo titulada “Yo, sola” (dirigida por Juan Urraco).




Ella sola, en un escenario a manera de pasarela y rodeada de un público testigo de sus desventuras. Imposible resulta no identificarse con sus historias cercanas y reconocibles. La audiencia suele entregarse al festejo del humor del texto desde un primer instante.


Un psicólogo proyectado contra una pared marcará unas pautas precisas para que la protagonista ataviada con un traje de novia, pueda abrirse a vivir su ansiada liberación. Y aunque la trama se empeñe en pasearla por un infinito calvario de pesares femeninos, pronto comenzarán a aparecer indicios que explican sus desdichas.


La actriz Verónica Pallini en una escena de "Yo, sola".

El guión escrito a seis manos entre la misma Verónica Pallini y las dramaturgas Fernanda Metelli y Patricia Suarez (Premio Argentores Latinoamérica 2011), es sugerente, extremadamente potente por momentos y cargado de la dósis necesaria de humor para que el espectador no termine abrumado. Provocador de un debate sano, está absolutamente asegurado el efecto residual en el asistente. Imposible no ponerse a debatir sobre el rol del hombre y la mujer en las relaciones de pareja, al terminar el pase de “Yo, sola”.


Blancanieves, su Madastra, y Wendy Pan, personajes ejemplares del imaginario Disney, se convierten en un vehículo ideal para consumar el iracundo exorcismo al que se somete la actriz en escena. Una “terapia Disney” que obliga a Pallini a transformarse varias veces durante los 70 minutos que dura la pieza.


Una mirada sincera y visceral sobre la fallida experiencia de intentar consolidar una pareja en los tiempos que corren.







¿Te ha sorprendido el éxito cosechado por tu obra durante el invierno pasado? 
VERÓNICA PALLINI: Sí, me sorprendió el éxito de las funciones porque no sabía como reaccionaría el público ante el humor bizarro del texto. Y además ha caído muy bien tanto en las mujeres como en los hombres. Aunque la obra enfoque el tema de la soledad desde un lugar femenino. 

¿Echabas en falta esta visión femenina sobre las cuestiones de pareja en el terreno de la ficción?
En realidad no quería caer en nada que fuese estrictamente femenino o de género. Esto lo teníamos claro con el director Juan Urraco. Pero es cierto que yo me he expuesto y que siempre he querido utilizar disparadores que nacían desde mí misma, como actriz y como persona. En ningún momento quise desarrollar una temática desde la mujer. Este es un tema universal y los hombres se identifican mucho con el relato. Quiero dejar bien claro que esta es una cuestión de comunicación y no una postura de género. 

¿Cuál fue la base para el comienzo del trabajo?
Quería ver que pasaba con esto de la soledad y las relaciones de pareja, porque empecé a encontrarme con muchas amistades que me decían que no ligaban o que estaban sólos y que querían una pareja. Entonces decidí centrarme en este tema y hacer un monólogo sobre esto. 

¿Por qué introduces a los personajes de Disney en el texto?
Reflexionando me di cuenta que los cuentos arquetípicos que nos meten desde que somos muy pequeños, básicamente de Disney, nos han ido forjando una noción de pareja demasiado idealizada y que poco tiene que ver con la realidad. Con esto en la cabeza me reuní con la escritora Patricia Suarez (premio Argentores 2011) para dar forma a un texto que consiguiera introducir esos personajes modélicos con un humor muy audaz. Por otro lado también incorporamos relatos biográficos, basados en íconos de relaciones pasadas o historias que llegaron a mis oídos. Así podría resumir esta búsqueda que partió desde lo real hasta alcanzar la ficción. 

Verónica Pallini en el personaje de Blancanieves.

En el escenario estás sola, pero no tanto…
Sí, nos gustaba desde el punto de vista estético la idea de incorporar unos videos que interactuaban conmigo en escena. Por eso se hicieron estas entrevistas interpretadas por alumnos de Porta4 (escuela de teatro) que han quedado buenísimas. En algunos casos con guiones preestablecidos y en otros, en base a improvisaciones de los mismos actores. Estos videos nos sirven para ver la complejidad de mi personaje y esa otra cara necesaria del guión que representan mis exparejas. Indispensable para que el conflicto no se estanque en un espacio lineal y para que ese problema de comunicación quede mejor expuesto en la obra.

Personajes que te otorgan la chance de cambiar de vestuario y transformarte durante la obra.
Claro, es parte de esta terapia Disney a la que se somete mi personaje en la obra. Un tratamiento que propone mi terapeuta y que me obliga a convertirme en otros personajes femeninos para intentar desbloquearme y dejar de estar sola de una buena vez. 

Luego de haber hablado mucho del tema, por qué crees que fracasamos tanto en las relaciones de pareja?
Creo que hay una gran falta de comunicación entre las personas. Llevamos demasiadas corazas que nos impiden abrirnos y decir lo que realmente sentimos desde un lugar más sensible. Finalmente, por miedo al fracaso o a tener que exponerse, nadie se juega por el otro. Desde esta base, las relaciones se establecen sin un diálogo fluido, son como maquetas bastante extrañas. No manejamos un lenguaje sincero. 

Y también sufrimos por esta idealización de la pareja, pidiéndole al otro cosas verdaderamente imposibles de lograr.

Resulta curioso que tengamos una comunicación de pareja tan fallida en la era de la hipercomunicación digital.
Exacto, es así. Nos comunicamos todo el rato con artilugios electrónicos pero utilizando un lenguaje demasiado compacto, prácticamente un icono de todo lo que podríamos expresar realmente. Y así se reproducen las relaciones humanas. Con pequeños textos, pero difícilmente llegando al texto subyacente que exige el vínculo con el otro. Estas nuevas herramientas digitales me parecen muy buenas para una comunicación global, pero el diálogo personal necesita mucho más que esto. 

Imagino que el público, además de divertirse mucho con tu función, saldrá de la sala debatiendo bastante sobre estos temas.
Sí, el teatro me parece una herramienta fundamental de creación, de transformación y de reflexión. A mi me interesa posicionarme de esta manera.

Mucha gente me ha dicho que el texto le ha parecido muy profundo y que a veces le costaba reírse. Creo que la risa ayuda a aflojar, pero el texto es muy impactante y la temática también lo es. 

¿No crees que nos estáis pidiendo demasiado las mujeres a los hombres?
Un poco sí. No podemos pedir un príncipe azul, es una locura. Muchas mujeres sometemos a exámenes imposibles de superar a los hombres que conocemos. No nos relacionamos desde un lugar humano, sino desde uno idealizado sobre lo que debe ser el otro y lo que debe ser una pareja. Así ya empezamos mal desde cero. Solemos pedir un estándar que no existe. 

El rol que desempeñan los hombres y las mujeres ha variado mucho en los últimos años. Y hasta parece que nos resulte difícil amoldarnos a los cambios.
Es posible. Por un lado el mundo va muy rápido en un sentido racional, pero en lo afectivo percibo que nos hemos quedado en el modelo de nuestros abuelos. Veo que las mujeres (aunque estén totalmente emancipadas) siguen reclamando una demanda de pareja o de hombre ideal, yendo a saco pero con las ideas muy poco claras Y los hombres están como desubicados, en una especie de arenas movedizas, sin saber como actuar. 

Esto produce un fallo de comunicación importante entre nosotras (que no sabemos bien qué queremos) y ellos (que están patinando en el peor de los lodos).


“Yo, sola”
interpretada por Verónica Pallini
Todos los viernes a las 23hs en Porta 4 
c/ Església, 6-10, local 6 . Gracia (Barcelona) 
Precio 12€

Promoción para lectores de ARG Express
Precio 7€
Presentando el vale que aparece en
la edición de papel.




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