Gustavo Cerati (1959-2014)
Seguramente se ha llevado consigo buena parte de la banda sonora de nuestras vidas. El deceso de Gustavo Adrián Cerati deja un vacío poco frecuente, probablemente porque fuera ese extraordinario puente cultural entre un vigoroso rock argentino que vivía atrapado en la endogamia y su colorida apertura hacia el resto de Latinoamérica.
La popularidad indiscutible de su música abrió un camino de no retorno, se convirtió en vehículo indispensable para varias generaciones y en la excusa ideal para encontrar complicidades en lugares insospechados. Si la música sirviera para algo, transformaría un simple latido en un instante trascendental. Las canciones de Gustavo siempre nos hicieron sentir vivos, porque no existe nadie más delator que nuestro propio corazón.
Seguramente se ha llevado consigo buena parte de la banda sonora de nuestras vidas. El deceso de Gustavo Adrián Cerati deja un vacío poco frecuente, probablemente porque fuera ese extraordinario puente cultural entre un vigoroso rock argentino que vivía atrapado en la endogamia y su colorida apertura hacia el resto de Latinoamérica.
La popularidad indiscutible de su música abrió un camino de no retorno, se convirtió en vehículo indispensable para varias generaciones y en la excusa ideal para encontrar complicidades en lugares insospechados. Si la música sirviera para algo, transformaría un simple latido en un instante trascendental. Las canciones de Gustavo siempre nos hicieron sentir vivos, porque no existe nadie más delator que nuestro propio corazón.
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