Escribe Xavi Queralt Pons.
España es el país de Europa con mayor penetración en cuanto a teléfonía móvil. El smartphone se ha convertido en una herramienta cotidiana de nuestras vidas y más de 21,4 millones de españoles acceden a Internet a través de este dispositivo, gastando más de 2 horas y 42 minutos al día en su uso, como promedio. Dicho esto es conveniente saber que no todos utilizan de forma correcta los teléfonos cuando están recorriendo el espacio público. El número de peatones que se ven implicados en accidentes de tráfico se ha disparado en los últimos años y en el 98% de los casos donde el peatón es el culpable están causados por el uso indebido del teléfono móvil. Resulta muy común que nos topemos con personas inmersas en una conversación de Whatsapp mientras caminan por una acera atestada, con la cabeza gacha y en un estado de total abstracción. Golpear a otro peatón por andar distraídos no suele convertirse en un accidente peligroso, sin embargo no sucede lo mismo cuando uno atraviesa un paso de cebra mientras se atiende al móvil.
Por desgracia, los conductores de automóviles tampoco escapan a esta riesgosa tendencia.
En EEUU, el uso de smartphones ha causado 1 de cada 4 accidentes de tráfico producidos en 2014. En España, la cifra es aún peor, ya que la DGT ha cifrado en el 40% esta relación. Contrariamente a lo que opina la mayoría, hablar por móvil mientras conducimos es un foco de distracción enorme, al mismo nivel que enviar mensajes de texto o chatear. Se pierde la capacidad de mantener una velocidad constante, no se guarda la distancia adecuada con el vehículo que circula delante y la reacción ante una maniobra imprevista es muy inferior. Para ciertos especialistas hablar por el móvil mientras se conduce es equiparable a conducir habiendo ingerido bebidas alcohólicas. Esta borrachera de hipercomunicación digital nos cuesta vidas en accidentes casi siempre evitables, por este motivo la DGT se ha tomado el tema muy seriamente.
Un estudio de la publicación científica British Medical Journal, subraya que en los países desarrollados el 20% de los atropellos que se producen están causados por despistes provocados por los peatones que iban utilizando su smartphone de manera irresponsable. Lo que demuestra, que andar como un zómbil por la calle multiplica las posibilidades de ser atropellado de manera tonta.
España es el país de Europa con mayor penetración en cuanto a teléfonía móvil. El smartphone se ha convertido en una herramienta cotidiana de nuestras vidas y más de 21,4 millones de españoles acceden a Internet a través de este dispositivo, gastando más de 2 horas y 42 minutos al día en su uso, como promedio. Dicho esto es conveniente saber que no todos utilizan de forma correcta los teléfonos cuando están recorriendo el espacio público. El número de peatones que se ven implicados en accidentes de tráfico se ha disparado en los últimos años y en el 98% de los casos donde el peatón es el culpable están causados por el uso indebido del teléfono móvil. Resulta muy común que nos topemos con personas inmersas en una conversación de Whatsapp mientras caminan por una acera atestada, con la cabeza gacha y en un estado de total abstracción. Golpear a otro peatón por andar distraídos no suele convertirse en un accidente peligroso, sin embargo no sucede lo mismo cuando uno atraviesa un paso de cebra mientras se atiende al móvil.
Por desgracia, los conductores de automóviles tampoco escapan a esta riesgosa tendencia.
En EEUU, el uso de smartphones ha causado 1 de cada 4 accidentes de tráfico producidos en 2014. En España, la cifra es aún peor, ya que la DGT ha cifrado en el 40% esta relación. Contrariamente a lo que opina la mayoría, hablar por móvil mientras conducimos es un foco de distracción enorme, al mismo nivel que enviar mensajes de texto o chatear. Se pierde la capacidad de mantener una velocidad constante, no se guarda la distancia adecuada con el vehículo que circula delante y la reacción ante una maniobra imprevista es muy inferior. Para ciertos especialistas hablar por el móvil mientras se conduce es equiparable a conducir habiendo ingerido bebidas alcohólicas. Esta borrachera de hipercomunicación digital nos cuesta vidas en accidentes casi siempre evitables, por este motivo la DGT se ha tomado el tema muy seriamente.
Un estudio de la publicación científica British Medical Journal, subraya que en los países desarrollados el 20% de los atropellos que se producen están causados por despistes provocados por los peatones que iban utilizando su smartphone de manera irresponsable. Lo que demuestra, que andar como un zómbil por la calle multiplica las posibilidades de ser atropellado de manera tonta.
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