Escribe Marcelo Espiñeira.
China continúa cambiando el mundo, o al menos influyendo de manera decisiva en su devenir. El acelerado crecimiento económico del gigante asiático ha creado una nueva clase social cifrada en unos cien millones de personas aproximadamente, con un poder adquisitivo muy importante. Meteórica irrupción que casi todos coinciden en señalar como el mercado más apetecible que pueda existir actualmente y el que todos se disputan.
China continúa cambiando el mundo, o al menos influyendo de manera decisiva en su devenir. El acelerado crecimiento económico del gigante asiático ha creado una nueva clase social cifrada en unos cien millones de personas aproximadamente, con un poder adquisitivo muy importante. Meteórica irrupción que casi todos coinciden en señalar como el mercado más apetecible que pueda existir actualmente y el que todos se disputan.
Entre los cambios vertiginosos experimentados dentro de la economía asiática impacta el crecimiento de las actividades relacionadas con el turismo. Ahora muchos ciudadanos chinos pueden permitirse pasar unas vacaciones fuera de su país y obviamente la mayoría de ellos elige desplazarse por avión. Para cubrir esta nueva demanda, las aerolíneas locales como Air China, Hainan Airlines, China Southern Airlines o China Eastern Airlines han tenido que expandirse comercialmente durante la última década, en consonancia con el crecimiento generalizado de la nación oriental.
Air China es la compañía de bandera, participada por el estado en un 69%, con una gran flota de 328 aviones. Ahora mismo en plena renovación, porque los aparatos más antiguos han sido adquiridos a la americana Boeing y los más recientes a la europea Airbus. Como prueba fehaciente del proceso expansivo que experimenta el sector aeronáutico chino, el primer ministro Li Keqiang firmó en octubre pasado un jugoso contrato por valor de 15.800 millones de euros con el consorcio Airbus, en presencia de la canciller alemana Angela Merkel, acuerdo que incluye la compra de 130 nuevas aeronaves.
Li Kegiang y Angela Merkel sellan un pacto comercial degustando cerveza alemana. |
Pero Air China no está sola en el mercado y entre sus competidoras destaca Hainan Airlines con muy buena reputación entre los analistas del sector (considerada como la 14ª más segura del mundo). Su moderna flota de 120 aeronaves pronto se duplicará tan solo con los pedidos realizados a Airbus pendientes de entrega. Si Hainan es la más moderna y segura, China Southern Airlines es la más grande de Asia, con 350 aparatos y 170 que están por llegar. Al contrario que Hainan, Southern siempre ha repartido sus compras entre Boeing y Airbus. Finalmente, China Eastern Airlines es el otro gran jugador del mercado. Con 430 aviones que unen más de mil rutas domésticas e internacionales desde Shangai, destaca por sus servicios de carga. Como puede observarse la actividad aeronáutica es febril en la nueva China.
el sector aeronáutico chino
necesitará adquirir 6.330 aviones nuevos
durante los próximos veinte años,
por valor de 885.000 millones de euros
Además de las compañías reseñadas deberíamos agregar las de bajo coste que también se han multiplicado. Según calcula Boeing, el fabricante más poderoso del mundo y el mayor exportador norteamericano, el sector aeronáutico chino necesitará invertir en la adquisición de 6.330 aviones nuevos durante los próximos veinte años, valorados en unos 885.000 millones de euros. Un suculento pastel que hasta ahora se repartía entre tres compañías: la citada Boeing, la europea Airbus y la brasilera Embraer. Decimos hasta ahora... porque el 2 de noviembre pasado el Partido Comunista Chino anunció oficialmente, en un acto solemne transmitido en directo por la televisión estatal, su inminente ingreso al selecto club de los fabricantes de aviones comerciales de gran envergadura. Junto a la empresa estatal Corporación de Aviones Comerciales de China (COMAC), el gobierno exhibió con orgullo nacionalista la primera unidad del C919, primer avión comercial de fabricación china, diseñado para competir con las tres grandes factorías del sector. Un objetivo que hoy puede sonar ambicioso pero que sería la meta final de Xi Jimping.
Presentación oficial del C919 en Shangai. |
La presentación del nuevo C919 ha concretado un proyecto iniciado en 2008 que no se hará realidad hasta 2019 aproximadamente porque el avión necesitará tres años de vuelos de prueba hasta obtener su aprobación final. Vale aclarar que este primer modelo ha necesitado una importante asistencia exterior de empresas que no son chinas, como Honeywell y Rockwell Collins, que aportaron divesos sistemas indispensables para su fabricación. No obstante, el gobierno no ha querido ocultar la estrategia existente detrás del primer C919: cubrir con diseños propios, en un futuro cercano, la mayor parte de las compras del emergente mercado aeronáutico chino. En este sentido COMAC confirmó a la prensa que ya había recibido 517 pedidos del C919, la mayoría provenientes de ascendentes aerolíneas locales como Air China o Hainan Airlines.
Seguramente, los casi 4.000 testigos en la ceremonia de presentación del C919 hayan visto como un paso de gigante esta nueva hazaña industrial. También es cierto que el proyecto de COMAC deberá sortear muchísimos contratiempos todavía, como advierten los especialistas. No obstante, cada uno de sus competidores habrán tomado nota de tamaño desafio, sobre todo cuando China parece decidida a desplegar sus propias alas.
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