Escribe Xavi Queralt Pons.
Aunque cueste mucho trabajo cuantificar los verdaderos alcances de este fenómeno, se sabe que el fraude a través de Internet está alcanzando un carácter de verdadera importancia. Según datos recientes que maneja la policía británica, están bajando las estadísticas de crímenes cometidos en las calles al tiempo que suben los perpetrados en la Red. Una tendencia muy preocupante porque convive con la imposición en el mercado de nuevas formas de pago digital a través de dispositivos como los smartphones. Si ya sabíamos que realizar compras online no era tan seguro porque algunas tiendas no resguardaban correctamente nuestros datos, ahora también nos enteramos que el fraude digital se ha disparado en los puntos de venta de los negocios callejeros. ¿Cómo? Pues, la empresa de ciberseguridad Cisco ha denunciado la existencia de Poseidon, el nombre de pila de un sofisticado software de sencilla instalación que permite a la cibermafia la interceptación de los
datos de nuestras tarjetas de créditos en el momento de la compra y su posterior envío a un servidor ubicado en un dominio .ru (Rusia). Luego estos datos se venden como pan caliente en las cloacas de Internet o se utilizan para confeccionar tarjetas falsas con datos verdaderos. Finalmente, los damnificados tienen serios problemas para demostrar que estos fraudes no han sido compras suyas verdaderas. En parte porque la policía no está capacitada para demostrarlo fehacientemente y también porque los juzgados aun viven en el siglo pasado en cuanto a temas relacionados con la alta tecnología.
El cibercrimen resulta muy tentador para las mafias porque es cómodo y rendidor. Se ha multiplicado de forma global sin que los delincuentes deban moverse de su centro de operaciones que podría ser una casa en un apacible pueblito rural europeo. En EEUU se toman la amenaza muy en serio y figura como prioridad en la agenda del FBI. Nada similar se percibe en Europa todavía.
Aunque cueste mucho trabajo cuantificar los verdaderos alcances de este fenómeno, se sabe que el fraude a través de Internet está alcanzando un carácter de verdadera importancia. Según datos recientes que maneja la policía británica, están bajando las estadísticas de crímenes cometidos en las calles al tiempo que suben los perpetrados en la Red. Una tendencia muy preocupante porque convive con la imposición en el mercado de nuevas formas de pago digital a través de dispositivos como los smartphones. Si ya sabíamos que realizar compras online no era tan seguro porque algunas tiendas no resguardaban correctamente nuestros datos, ahora también nos enteramos que el fraude digital se ha disparado en los puntos de venta de los negocios callejeros. ¿Cómo? Pues, la empresa de ciberseguridad Cisco ha denunciado la existencia de Poseidon, el nombre de pila de un sofisticado software de sencilla instalación que permite a la cibermafia la interceptación de los
datos de nuestras tarjetas de créditos en el momento de la compra y su posterior envío a un servidor ubicado en un dominio .ru (Rusia). Luego estos datos se venden como pan caliente en las cloacas de Internet o se utilizan para confeccionar tarjetas falsas con datos verdaderos. Finalmente, los damnificados tienen serios problemas para demostrar que estos fraudes no han sido compras suyas verdaderas. En parte porque la policía no está capacitada para demostrarlo fehacientemente y también porque los juzgados aun viven en el siglo pasado en cuanto a temas relacionados con la alta tecnología.
El cibercrimen resulta muy tentador para las mafias porque es cómodo y rendidor. Se ha multiplicado de forma global sin que los delincuentes deban moverse de su centro de operaciones que podría ser una casa en un apacible pueblito rural europeo. En EEUU se toman la amenaza muy en serio y figura como prioridad en la agenda del FBI. Nada similar se percibe en Europa todavía.
Comentarios
Publicar un comentario