Escribe Xavi Queralt Pons.
Ilustración: Gambetta @abstractsaturdaynight
Se calcula que el 10% de la producción total de bolsas de plástico acaba en los mares. Durante largas décadas de desdén ecológico hemos contaminado el Pacífico con una gigantesca isla de desperdicios que ahora ocupa varios millones de kilómetros cuadrados.
Las corrientes marinas se han encargado de reunir la basura en amplias zonas donde la densidad del plástico es evidente. Seguramente impactado por esta realidad, un jóven holandés de tan sólo 18 años se propuso en 2014 liderar un proyecto que intente reducir drásticamente esta contaminación. El resultado es The Ocean Cleanup, una especie de barrera flotante de unos 600 metros de largo, en forma de U, que por el empuje de las olas tratará de atrapar los residuos.
El proyecto dirigido por Boyan Slat, fue desarrollado durante los últimos cuatro años gracias al aporte voluntario -por crowfunding- de miles de personas originarias de más de 160 países. A partir de setiembre pasado y durante los próximos cinco años, The Ocean Cleanup prevé introducir al mar unas 50 barreras flotantes, y así poder recuperar la mitad de los desechos plásticos que jamás deberían haber llegado a sus aguas. Una limpieza histórica de dimensiones extaordinarias que comenzó su andadura en la bahía de San Francisco el 15 del mes pasado.
Los veinte millones de euros empleados en el diseño y construcción de la primera barrera, ahora en fase de pruebas en el mar, no han logrado conciliar la opinión de los científicos sobre su verdadera efectividad. Este auténtico pacman de los mares parece llegar con la mejor de las intenciones para pescar el plástico que dificulta el desarrollo normal de la vida marina, no obstante deberá constatarse sobre el terreno que su misma estructura no dañará a las especies que desea proteger. Estas barreras están provistas con unas mallas de tres metros de profundidad para atrapar los residuos que, en opinión de los científicos adheridos al proyecto de Slat, no dificultarán la libre circulación de la vida marina.
Durante dos semanas será monitoreado el comportamiento de esta primera barrera desplegada a 240 millas náuticas de la costa de San Francisco, y este test resultará decisivo para evaluar su eficacia limpiadora. Si el método funciona, el pacman será trasladado otras mil millas más hasta la zona de la gran isla de los desperdicios para pescar a placer. Según los mismos responsables de la organización, los planes originales incluyen que cada varios meses (no son específicos todavía) se acerquen barcos para recoger la basura atrapada en las redes. El devenir de este ambicioso proyecto puede ser seguido en tiempo real a través de la web de The Ocean Cleanup.
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